Realmente el titular del domingo 11 en este prestigioso diario conmueve el sentir del grupo social siempre marginado, el del artista nacional en cualquiera de sus expresiones.

A nadie le es ajeno que los presupuestos del Estado para el desarrollo cultural del país es hilarante por decir lo menos. Somos una nación con profundas raíces culturales y artísticas, que nos debatimos en la falta de recursos, lo que nos impide un desarrollo integrado más coherente y veloz.

Si a eso sumamos las novedades que aporta la cuestionada Ley de Cultura nos obliga a pensar públicamente que dicha ley fue articulada a la ligera, ya que se preocuparon mucho de consolidar el imperio hegemónico y centralizado, pero soslaya temas como este en que un despilfarro inclemente y al servicio de la política de turno, no es legislado.

Si a lo expresado sumamos, las componendas, amarres y trincas para el reparto de los exiguos presupuestos destinados al desarrollo cultural, solo entonces entenderemos la magnitud de este asunto. Ya es hora, si queremos un desarrollo real, que el Estado se preocupe de valorar al artista nacional y a proporcionarle las facilidades necesarias para adquirir nuevos conocimientos, así como mejorar el trato ubicándolo como debe ser en el sitio de ejes dinámicos del desarrollo del país.

Dra. Gloria Paz Briz