Según los archivos de la Policía Nacional, en junio del 2015 Jefferson Santana López fue detenido en Guayaquil, por pertenecer a una organización delictiva dedicada al robo de carros.

Sin embargo, después de varios meses y un proceso que tuvo varios traspiés, Santana López quedó en libertad. Dos años después, el 19 de abril del 2017, este hombre, conocido con el alias de Moro, fue detenido de nuevo, esta vez en Portoviejo, Manabí.

Él tenía una boleta de captura al ser sospechoso del crimen de un niño. El hecho se había dado la noche del 21 de marzo de ese año, cuando un pequeño de tres años recibió un disparo en la cabeza después de un forcejeo entre su padre y varios hombres, informó en ese entonces la Policía.

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Este crimen ocurrió en la calle 16 y avenida 36, del barrio Santa Martha, de Manta. El niño estuvo grave y a los 8 días falleció en un hospital de Quito. Por este caso el Moro fue enviado a prisión en la provincia del Guayas.

De hecho, hay reportes oficiales que indican que Santana, asesinado el sábado 20 de mayo pasado, se salvó de morir en una masacre que ocurrió mientras permanecía privado de la libertad.

Con el tiempo llegó a ser parte del grupo delincuencial Los Choneros, y se hizo mano derecha del presunto líder, alias Fito, casi como un hijo, según fuentes cercanas. Además, se cree que 'Moro' era el líder de la banda 'Los Águilas' en Manabí, esta organización delictiva sería un brazo armado de 'Los Choneros'. Las primeras hipótesis sobre su muerte indican que su muerte está asociada a su rol dentro de esa organización delincuencial.

En efecto, algunas versiones indican que, días antes de su asesinato, había llegado hasta Montañita acompañado de un nutrido grupo de hombres con quienes pretendía apoderarse del mercado criminal de venta de drogas en esa turística población.

Las amistades del fallecido se enteraron de que su cuerpo iba a ser cremado y por eso decidieron hacerle un homenaje ‘con todas las de ley’.