Infinitamente superior a la de Hiroshima

La bomba de hidrógeno, como la que Corea del Norte afirmó haber probado con éxito, tiene una potencia infinitamente superior a las atómicas, empleada en Hiroshima y Nagasaki en 1945.

La bomba atómica libera una energía por fisión de elementos como el uranio o el plutonio. La de hidrógeno o termonuclear utiliza la fisión y la fusión en una reacción en cadena.

Por el momento no se ha utilizado ninguna bomba de hidrógeno fuera de los disparos de ensayo. A día de hoy, el arsenal estratégico nuclear estadounidense, y sin duda el ruso, se compone exclusivamente de este tipo de artefactos, pero en miniatura y con una potencia muy variable.

La potencia de la mayor bomba H en haber explotado (el ensayo soviético ‘bomba del Zar’ del 30 de octubre de 1961 sobre el Ártico) era de 57 megatoneladas, una potencia teóricamente casi 4.000 veces superior a la de la lanzada sobre Hiroshima.