En el Salón de la Ciudad, en Quito, la Asociación de Familiares y Personas Desaparecidas y Muertes Violentas (Desendor) realizó un acto conmemorativo la mañana de este 27 de septiembre. El objetivo: “Recordar al mundo entero que nuestros seres amados y queridos ya no están, pero nosotros somos su voz”.

El sacerdote Enrique Astudillo ofició una misa como un “homenaje a las víctimas” y también para sus familiares, quienes continúan en la lucha.

Lourdes Mejía, presidenta nacional de Desendor, explicó que en este año se cumple el tercer aniversario de la asociación, que empezó luego de que su hija María F. Guerrero desapareciera en enero de 2010. “No aparece ni viva ni muerta”, indicó a este Diario.

Esa realidad la viven muchas familias ecuatorianas, como la de Gloria Flores, quien busca a su sobrina Nathaly Salazar Ayala. La joven, con 28 años y residente en España, viajó a Cusco (Perú) en noviembre de 2017. Dos meses después, en enero de 2018, desapareció sin dejar ningún rastro.

Pusieron la denuncia en Valencia, donde vivía, y también en Perú. Apenas lograron detener al guía turístico y al chofer con el que estuvo por última vez. No hay más detalles.

Mejía indicó que en la asociación hay alrededor de 1050 casos, entre desaparecidos, muertes violentas, femicidios, secuestros. Y precisamente el evento sirve para hacer un llamado a las autoridades: “Es hora de trabajar en mesas de consensos para que ninguno de estos casos quede en la impunidad y haya un culpable”.

También llegaron autoridades de Colombia y Perú. Y, además, estuvieron funcionarios como el concejal Marco Collaguazo y Juan Zapata, director General del Servicio Integrado de Seguridad ECU-911.