Con las ganas de encontrarse con sus amigos para jugar y pasar un tiempo agradable, Manuel Eduardo Castro Mero llegó a un billar ubicado en el sector Codesa (sur de Esmeraldas), y sin llevar mucho tiempo en el lugar, fue asesinado.

Serían más de las 18:45 del pasado martes 14 de marzo del 2023, cuando el hombre que se dedicaba al arreglo de celulares y a la venta de muebles de madera en el centro de Esmeraldas recién había levantado el taco para empezar a jugar la primera partida del juego del chapolín de carambolas.

Para ponerse en ambiente, y seguir disfrutando del encuentro con sus cercanos, el hombre decidió pedir una cerveza helada.

Sin imaginar que la muerte estaba a su lado, en cuestión de segundos y de forma despiadada, falleció antes de probar la cerveza que estaba esperando.

Lo único que se evidenció en el momento, además del temor de las personas que estaban en el sitio, fue que un sujeto entró al billar, pidió una cerveza y sin cruzar palabra, tomó su arma y de forma inmediata le disparó a Castro en seis ocasiones.

Según información de los familiares de la víctima, la policía cree que Castro habría sido amenazado por negarse a pagar las famosas ‘vacunas’ que exigen los extorsionadores.

Castro no vivía en el sector de Codesa, pero era visitante frecuente del billar. La noche del martes había acordado reunirse con unos amigos después de la jornada de trabajo.

“Nuestras unidades especializadas ya tienen abierta una línea de investigación sobre este caso. Por ahora no podemos dar mayor información”, manifestó el general Fausto Buenaño, comandante de la Zona Especial de Policía en Esmeraldas.

Según Buenaño, la mayoría de las muertes que han ocurrido en la provincia en las últimas semanas se deben a rivalidades entre organizaciones criminales, por peleas de territorio.

Castro es el segundo comerciante asesinado en menos de 24 horas en Esmeraldas, aparentemente, por negarse a pagar ‘vacunas’.

La noche del lunes 13 de marzo, en la parroquia Viche (Quinindé), el propietario de una ferretería, Ángel Angulo Borja, de 48 años, fue sorprendido en su negocio.

Una de las hipótesis que maneja la Policía es que el occiso era objeto de extorsión y al parecer se había negado a seguir pagando la ‘vacuna’; por eso lo asesinaron. Angulo era ingeniero en minas y petróleos, y fue docente. Esa fue la tercera muerte violenta que ocurrió en Viche durante dos semanas. 

El pasado martes 7 de marzo fue asesinado Junior Torres de 30 años, quien fue acribillado por gatilleros mientras se encontraba afuera de su negocio, frente a una Unidad de Policía Comunitaria (UPC).

Mientras que el domingo 26 de febrero los delincuentes también acabaron con la vida de Pedro Romero de 57 años con varias puñaladas a. El hecho ocurrió en la parada de buses de la localidad. La víctima se dedicaba a vender comida y se cree que los asesinos intentaron robarle desde un principio. LCH