La propuesta suma reparos. La Asociación de Funcionarios y Empleados del Servicio Exterior (AFESE) y la Asociación de Diplomáticos en Servicio Pasivo (ADESP) rechazan la iniciativa del bloque de Gobierno en la Asamblea Nacional que pretende modificar la edad para ser embajador.

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Esta iniciativa está dentro del proyecto de reforma a la Ley de Movilidad Humana que se tramita en    la mesa de Relaciones Internacionales, presidida por el legislador oficialista Jonathan Parra. El 22 de abril de 2024, la comisión aprobó el informe para segundo debate del pleno legislativo.

La modificación del requisito de edad para ser embajador fue propuesto por el asambleísta oficialista Johnny Lavayen, también miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales. Aunque en un inicio propuso que la edad se reduzca de 35 a 26 años de edad, la mesa legislativa moduló esa iniciativa y estableció en el documento que sea de 30 años.

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El presidente de la comisión legislativa, Jonathan Parra, declaró en su momento a EXPRESO que el proyecto de reforma "no es una ley a la carta", ya que la Fundación Ciudadanía y Desarrollo alertó de que dicha iniciativa sería para beneficiar a Soledad Peña Plaza, de 30 años de edad, quien sería la más opcionada en asumir la Embajada de Ecuador en Estados Unidos, tras la salida de Ivonne Baki.

El empleo joven no puede ser excusa para modificar el requisito de edad

En una carta enviada al titular de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle, la Asociación de Funcionarios y Empleados del Servicio Exterior (AFESE) y la Asociación de Diplomáticos en Servicio Pasivo (ADESP) rechazan la propuesta y señalan que la iniciativa de reforma tiene inconsistencias.

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Por ejemplo, los gremios de diplomáticos señalan que el procedimiento seguido por la comisión de Relaciones Internacionales es "anómalo", ya que a través de una disposición transitoria intentan modificar un cuerpo legal distinto a la Ley de Movilidad Humana.

La edad mínima para ser embajador está establecido en la Ley de Servicio Exterior, mientras que las reformas que tramita la Comisión de Relaciones Internacionales corresponden a la Ley de Movilidad Humana. Según los gremios, esta 'jugada' de la mesa legislativa tiene "el despropósito de facilitar nombramientos de carácter político para embajadores en la máxima categoría del Servicio Exterior, sin que estos se ajusten a los establecidos legalmente para todos los ciudadanos ecuatorianos y profesionales que trabajan en esa misma área".

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Por otra parte, respecto a la justificación de la mesa legislativa de que la reforma responde a que más jóvenes participen del servicio exterior, los gremios de diplomáticos sostienen que es un argumento erróneo, ya que "se puede favorecer este ese tipo de empleo (joven) para aprovechar su energía vital que avizora un vasto horizonte, sin desechar la experiencia y conocimiento que únicamente puede brindar el paso sucesivo de los años dentro de la diplomacia ecuatoriana".

Los gremios incluso sostienen que el proyecto de reforma para reducir la edad para ser embajador "crearía un trato discriminatorio y, por tanto, inaceptable, que atenta contra los derechos de todos   los funcionarios de carrera diplomática que se encuentran que se encuentran laborando para el Ecuador en el Ministerio de Relaciones Exteriores, embajadas y consulados (...)".

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De hecho, para el exembajador ecuatoriano y miembro de la Asociación de Diplomáticos en Servicio Pasivo (ADESP), Edwin Johnson, la mesa de Relaciones Internacionales ha obviado el proceso y los filtros que deben pasar los interesados en el servicio exterior.

"Se debe cumplir medio siglo (50 años) de prepaación. Uno ingresa como meritorio, participa en el concurso para administrativo, de ahí participar en otro proceso para ser tercer secretario, donde recién comienza la carrera diplomática (...)", señala Johnson.

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Según sigue el exembajador, señala que a la edad que propone la mesa legislativa "con suerte, uno recién es consejero". Además, sostiene que con la presencia de la Academia Diplomática, en lugar de querer abrir la cuota política en el servicio exterior, se debería ir reduciendo.

Johnson incluso señala que la aprobación de esta reforma le restaría seriedad y profesionalismo que la diplomacia ecuatoriana ha construido en su historia. Asimismo, perdería fuerza ante los cuerpos diplomáticos del resto de países en el mundo.

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