El magnicidio acaecido el 6 de agosto de 1875; en la persona del Dr. Gabriel García Moreno, es un hecho que marca un antes y un después en nuestra historia republicana.

Ciento cuarenta y tres años después de la muerte de tan grande e ilustre hijo de la Patria; sin evidenciar apasionamientos que muchas veces distorsionan la cronología de los hechos históricos; es digno reconocer el sitial que tiene asignado en los cánones de la historia la figura de García Moreno, quien dejó una huella indeleble como político y gobernante de grandes iniciativas, siendo su accionar siempre encaminado bajo la línea de un auténtico estadista cristiano.

Dr. Alberto Lucero Avilés