Boca y River tuvieron que cambiarse de continente para definir la Libertadores de América huyendo de las hordas fanáticas que trataban de matar a quien quiera con tal de ostentar que saben de futbol. El nivel en ‘la final del siglo’ fue pobre, cualquier equipo de la tercera inglesa o alemana juega mejor. Los españoles que fueron forzados anfitriones desplegaron todo un ejército para controlar a los fanáticos argentinos que pudieron haberse ‘infiltrado’ en el estadio. Los comentaristas gauchos tienen mucho de la culpa por exagerar y empezar ‘la previa’ del partido 8 días antes. Recuerdo que hace 8 años LDU se dio la vuelta olímpica nada menos que en el Maracaná y festejó como los racionales sin tanta payasada.

Dr. Carlos Mosquera Benalcázar