Flexibilizacion empresarial

Las leyes, cosas o acciones se hacen a propósito al revés, para afectar al más débil, a pesar de que al promulgarse predican que estas son para su beneficio. Será por eso que en nuestro país cunde la desconfianza, la desazón, el negativismo cuando se anuncia la promulgación de leyes para reformar el Código del Trabajo, a fin de buscar flexibilidad laboral y así elevar, según dicen, los índices ocupacionales. La idea es llegar a contratos (sin contratos) menos rígidos, “que puedan apoyar el aumento de la participación femenina y las oportunidades del empleo juvenil”. Resumiendo, mejorar la competitividad. ¿Cómo vamos a pretender ser competitivos si no fuimos competentes para sostener nuestra propia moneda? Al anunciarse leyes como la de restar derechos, solo la clase empresarial la estima positiva. Se debe tomar como claro ejemplo la Ley constitutiva del IESS, válida para todas las que existen y las por existir. “Un derecho irrenunciable de todas las personas, sustentadas en principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiaridad, suficiencia, transparencia y participación”. Pero todos estos postulados quedan al margen bajo la excluyente palabra de competitividad. Es reiterado escuchar “que no estamos a nivel de los costos de exportaciones de países como Colombia, Perú y muchos otros. Para que exista por lo menos equiparidad se debe implementar la flexibilización laboral. Señores, esos países tienen monedas propias, cuya cotización referente al dólar es de 20 % o 30 % menos en valor cotizante en los mercados mundiales. Esas son sus ventajas y como consecuencia lógica salen los productos a menor precio, dejando mayor utilidad a los empresarios por el volumen de ventas. Lo que incide en nuestro comercio de manera directas es el no comprender que estamos a la par con el dólar de los compradores y necesitamos mayor producción, pero pretender sacar mayor utilidad a costa de la restricción de derechos adquiridos, no es ético, no es patriótico. La solución para los empresario podría ser acogerse a la Ley Orgánica para Reactivación de la Economía, Fortalecimiento de la Dolarización y Modernización de la Gestión Financiera. Ampliar, modernizar, tecnificar instalaciones, plantaciones, camaroneras, etc. Producir más para aminorar costos y ganar más.

César Jijón Sánchez