Mientras las autoridades judiciales investigan el naufragio del yate en la laguna de Colta que provocó la muerte de una mujer, un niño y un bebé, el Municipio de ese cantón de Chimborazo lo maneja como un accidente.

A través de redes sociales se conoció que una delegación municipal estuvo presente en el velatorio del cuerpo de Espíritu Bravo, una de las personas que perdió la vida el 25 de diciembre. Ahí, un funcionario en nombre del alcalde, en lengua quichua, presentó sus condolencias e insistió en que el suceso que registró muertes fue un accidente. Y que la entidad está para apoyarlos.

El cabildo de esa localidad aún no ha emitido un comunicado oficial.

Mientras las familias de las víctimas mortales realizaron el trámite de ley y despidieron los restos, un juez multicompetente de Colta ordenó la apertura de la etapa instrucción, que tendrá una duración de 30 días, y dictó medidas sustitutivas para José Manuel Guacho, el capitán de la embarcación.

En ese tiempo, la Fiscalía tendrá que reunir evidencias para demostrar la hipótesis de la investigación de un presunto delito de homicidio culposo.

José Luis Díaz, abogado de la Comisión Nacional Anticorrupción, capítulo Chimborazo, explicó que el homicidio culposo es un homicidio en el cual se ha perdido el objetivo de cuidado, es decir, el sospechoso ha generado acciones innecesarias e ilegítimas.

“El fiscal a cargo debe analizar quién comete este delito, un funcionario público, este funcionario cumplía el perfil para el puesto, si no lo hace, ¿quién contrata este personal?, ¿quién es el responsable de que esto se cumpla?, ¿la lancha cumplía los requisitos?, ¿quién otorga el permiso para su funcionamiento?”, expuso el jurisconsulto, teniendo en cuenta que la embarcación que zozobró es de propiedad municipal.

De acuerdo con Díaz, todas estas inquietudes deben ser investigadas y aclaradas, porque un alcalde es responsable de todo el funcionamiento de su gobierno, hasta puede verse involucrado como un posible coautor, precisa.

El complejo turístico donde está la laguna tiene caminerías, espacios verdes, una plaza ceremonial y un muelle.

En la administración anterior, los servicios se ofrecían a través de una empresa pública, que, con la nueva administración, se liquidó. Ahora todo es manejado a través de la Dirección de Turismo del cabildo.

A sus alrededores, varios emprendimientos de platos típicos y artesanías están a cargo de la Asociación Colta, cuyos miembros pidieron a las autoridades que mantengan abierto el complejo, ya que es su única fuente de ingresos.

“No queremos que clausuren, necesitamos trabajar”, indicó María Guacho.