Desde que era niño, el fiscal Ángel Leonardo Palacios Véliz tenía claro lo que quería ser de adulto. Las limitaciones económicas de su familia no fueron impedimento para que pueda cumplir su anhelo. Al contrario, fueron un impulso que lo condujo a convertirse en abogado.

Palacios, de 39 años, fue asesinado a tiros la noche del 1 de junio, cuando conducía su vehículo. Individuos a bordo de un carro y de dos motocicletas lo interceptaron y lo atacaron con una subametralladora. Ocurrió en la avenida Nicolás Lapentti y Esther Rodas, en Durán.

Con tristeza, la hermana mayor del funcionario relató que Leo, como lo llamaba de cariño desde que era pequeño, soñaba con ser abogado y su vocación por esta carrera inició porque su padre trabajaba como conserje en un estudio jurídico situado en el centro de Guayaquil.

“Mi hermano hacía de mensajero, en el mismo lugar donde trabajaba mi papá. Los abogados le tomaron cariño y le decían: ‘Tú tienes que ser abogado, estudia para que lo seas’. Con esfuerzo y dedicación pudo cumplir sueño. Lamentablemente, criminales le quitaron la vida”, manifestó la allegada mientras con pesar clavaba su mirada al féretro donde reposaban los restos de su hermano.

Ángel Leonardo era el menor de tres hermanos y el 21 de junio de 2023 iba a cumplir 40 años. “De los tres hermanos es el único que logró terminar la universidad. Hizo carrera en la Función Judicial, comenzó como asistente, luego fue secretario y hace 8 años se convirtió en fiscal. Siempre que concursaba para alguno de estos puestos trataba de sacar el mejor puntaje”, relató.

Palacios Véliz laboró en la Fiscalía de Guayaquil, en la de Salitre, Playas y Durán. Sus familiares sostienen que desconocían de alguna amenaza, pero que sí les había comentado que estaba investigando casos peligrosos. Pero, según una fuente policial dijo a este Diario, Palacios habría sido amenazado por familiares de uno de los procesados que indagaba.