Por lo menos eso es lo que se asegura el Gobierno interino. Para confirmar esto, convocó a los medios de comunicación del país sudamericano, para que acompañen en un recorrido por el lugar en el que, hasta el pasado domingo residía Evo Morales, el indígena que presidió Bolivia por cerca de 14 años y aspiraba otros años más, seguir en el poder.

En la denominada Casa Grande del Pueblo, un gran edificio que se convirtió en sede de Gobierno en La Paz.

La suite está en uno de los pisos de la edificación de 29 plantas que inauguró en agosto de 2018 y que reemplazó al viejo Palacio Quemado de La Paz, el histórico edificio ubicado justo a las espaldas de la moderna edificación.

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“Para un lugar de descanso creo que no necesitas esto”, aseguró la nueva ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga. “Parece una habitación de un jeque árabe, el derroche de dinero que se ha hecho para la construcción de este palacio realmente es un insulto para todos los bolivianos”.

Lo primero que se vio al ingresar fue una sala de reuniones y un comedor, en un ambiente amplio con muebles diseñados donde supuestamente había un servicio de comida y especialmente bebidas.

Ese espacio tenía algunas vitrinas de madera y cristal que estaban vacías de donde, según relató, se sacaron varios objetos valiosos que eran obsequios al Estado boliviano, aunque no precisó cuáles.

La mayoría de los roperos de la habitación estaban vacíos; sin embargo, quedaron algunos trajes, unos pantalones jean negros de los que siempre usaba, unas dos camisas del mismo tipo y zapatos.