En una parte de Mataje que ha quedado en el olvido.

El estigma de ser de Mataje

Las actividades continúan en el cantón San Lorenzo. La mayor parte de comercio se efectúa en lanchas desde y hasta el puerto del cantón esmeraldeño.

Las risas y juegos de niños, los habitantes caminando por las calles polvorientas y los saludos entre amables y temerosos, hacen imposible imaginar que hace un año a tres personas se les perdió el rastro en ese lugar.

Aparentemente Mataje, parroquia de San Lorenzo, Esmeraldas, era un lugar tranquilo, que un año después del secuestro y asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio intenta retomar esa situación de normalidad.

Los pobladores reconocen que hace un año hubo incidentes provocados por personas que llegaron de fuera del pueblo. Pero esos hechos registrados en la zona, además de dejar víctimas mortales, trajeron una consecuencia para los habitantes: el estigma como de ser ‘los de los guachos’.

Lo ocurrido con Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra traspasó la frontera, que en el caso de Mataje, literalmente, es cruzar el río caminando.

Robin Pérez, de 20 años, fue uno de los afectados. Cuando ocurrieron los hechos él se encontraba en Cali, Colombia, intentando forjar un futuro como futbolista profesional, dice.

Durante los allanamientos efectuados en abril de 2018 en Mataje, en donde hubo alrededor de 14 personas detenidas, armas y municiones decomisadas, su padre fue uno de los perjudicados por la acción policial y militar.

Pérez recuerda que su padre casi muere cuando uniformados apuntaron con un fusil a la ventana de su casa, durante una requisa. Su hermana también resultó con complicaciones. Estaba embarazada de seis meses y la impresión casi hace que pierda el niño.

“Uno no tiene culpa, porque uno es civil”, señala. El joven intentó por otros lados cumplir con su sueño, pero ser de Mataje le ha cerrado todas las puertas. Reconoce que lo ocurrido con Javier, Paúl y Efraín fue duro. Pero espera que no se juzgue a todos sin saber cómo ocurrieron las cosas.

Desde ese incidente “prácticamente de aquí para afuera todos los jóvenes somos delincuentes y no es así, todos tenemos un sueño. Si alguien cometió un error fue por la falta de oportunidad”, reitera.

En el afán por darle un giro a ese estigma asignado a Mataje y nuevas oportunidades a sus habitantes, las Fuerzas Armadas han implementado programas sociales. El Agrupamiento Táctico Mataje, comandado por el coronel Milton Rodríguez, está a cargo de esas tareas. Desde su implementación hace casi un año los militares han acudido con brigadas médicas no solo a Mataje. También han estado en Labores Agrícolas, Corriente Larga, El Pan, La Cadena y Guadalito, entre otras.

En 2018 en esas comunidades se presentaron incidentes, atentados, presencia de personas armadas, enfrentamientos y hasta de artefactos explosivos caseros. La presencia de los uniformados facilita que “podamos vigilar y proteger el límite político”, dice Rodríguez.

Entre los más beneficiados están los pequeños. Desde hace dos meses Rodríguez y su grupo integrado implementaron una escuela de fútbol. Los participantes tienen entre cuatro y 17 años. El objetivo es mantenerlos ocupados para descartar vicios o actividades al margen de la ley. Y la reacción fue positiva. A los entrenamientos, que se cumplen todos los días a las 15:00, acuden pequeños de Las Delicias, Valverde y Mataje Viejo y Nuevo.

La ropa y zapatos deportivos están en camino gracias a la gestión del equipo del Agrupamiento Táctico, que espera dar una alegría a los niños en su vuelta a clases esta semana.

Las FF. AA. tienen custodiada la frontera

El comandante del Agrupamiento Táctico Mataje, Milton Rodríguez, dice que al frente, en Colombia, están los grupos irregulares armados. Él garantiza que en la zona de frontera del lado ecuatoriano no existe ningún grupo disidente, tampoco una sola planta de coca, como sí existe del lado colombiano.

La zona está bajo el control de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, que desde junio de 2018 cuenta con la Fuerza de Tarea Conjunta acantonada en Esmeraldas. También hay presencia policial en la zona. El general Juan Jaramillo, comandante de la Zona 1, destaca que el paso a Mataje no se ha restringido.

Pero indica que hay que seguir protocolos de seguridad. En el sector han decomisado droga y precursores y han notado que los envíos están saliendo por Sucumbíos.

Homenaje. Familiares de Javier, Paúl y Efraín y periodistas rindieron un homenaje en el retén naval de Mataje.

Seguridad. Militares custodian las vías de ingreso a la parroquia y revisan a los viajeros.

Dificultades. Robin Pérez fue afectado por los incidentes. Quiere ser futbolista. Dice que recibe cuestionamientos por ser de Mataje.