La Policía Nacional y Vigilancia Aduanera han intervenido casi 9,5 toneladas de cocaína que habían llegado al puerto de Algeciras (Cádiz). Ocultos en un contenedor de plátanos, en lo que se considera el mayor alijo de este estupefaciente incautado en España.

La droga, procedente de Colombia, embarcó en Ecuador. Y, tras pasar por el puerto de Algeciras, se trasladaría por barco a Portugal para su distribución finalmente en Europa.

El cargamento viajaba en uno de los 16 contenedores de plátanos que la organización fletó para dificultar su localización. Dividido en paquetes de aproximadamente un kilo y con más de 30 logotipos. Lo que indica que había más de treinta organizaciones receptoras de la droga.

Así lo ha destacado este viernes25 de agosto durante la presentación de la droga intervenida el inspector jefe de la sección de cocaína de la Udyco Central, Alberto Morales, quien ha reseñado que se trata de una práctica “muy habitual” entre las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, y que demuestra que “ya se habían producido envíos anteriores”.

El alijo es el mayor de cocaína que se ha intervenido en España, superando los 8.700 kilos que se incautaron en 2018 también en el puerto de Algeciras. Y supone además uno de los cinco mayores de la historia en Europa. Hasta el momento, según han precisado los responsables del operativo, no se han producido detenciones. Si bien se están investigando tanto a los responsables en Sudamérica como a los posibles contactos que tuvieran en España.

La droga estaba dispuesta en pastillas, cada una de las cuales representaba un logo correspondiente a una organización criminal distinta. Entre los logos, aparecen algunos símbolos como la esvástica o referencia a marcas de lujo como BMW o Chevrolet. Referencias con las que las mafias tratan de simbolizar la pureza de la droga.

Los investigadores apuntan a que una organización criminal situada en “países terceros” era la responsable del suministro de la cocaína. De origen colombiano, a las redes más poderosas de Europa. Para ello, contaba con un amplio entramado empresarial, que se encargaba de garantizar los envíos desde Ecuador hasta los puertos españoles de Algeciras y Vigo.

Tras varias gestiones, los investigadores acreditaron la gran capacidad logística del entramado. Capaz de enviar 40 contenedores mensuales hacia Europa, descubriendo que algunos de ellos estaban contaminados con la sustancia estupefaciente.

El entramado se valía de una empresa dedicada al comercio internacional ubicada en Machala (Ecuador), desde donde enviaban la mercancía en contenedores marítimos a diferentes empresas españolas controladas por miembros de la organización criminal.

El alijo intervenido iba a ser trasvasado en Algeciras para el transporte marítimo del cargamento hasta el puerto de Lisboa, en Portugal, donde iba a ser desembarcado para su distribución en Centroeuropa.

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