Al término del gobierno del presidente Lenín Moreno, las cifras de la pandemia en Ecuador muestran logros deficientes en comparación con otros países de la región. Epidemiólogos consultados por este Diario lo corroboran y señalan que los resultados del manejo local de la COVID-19 son “penosos”.

Ese es el término que utiliza el médico epidemiólogo Marcelo Aguilar, catedrático de la Universidad Central del Ecuador (UCE). “Los resultados finales son penosos, son terribles evaluando los 14 meses de pandemia”, dice a EXPRESO.

Sustenta su afirmación en la cantidad de fallecidos en exceso, “una de las tasas más altas de la región y del mundo”.

Así lo muestra el cuadro adjunto, con cifras e indicadores proporcionados por el analista de datos Carlos Oporto.

Aguilar también cita que las autoridades nacionales no aplicaron algunas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para contener la pandemia, como la implementación de un sistema de vigilancia epidemiológica, que consistía en tener equipos en barrios y comunidades para la detección de casos y el aislamiento de estas personas.

La también doctora y epidemióloga Andrea Gómez Ayora, quien ha venido siguiendo la evolución de la pandemia en el país, reitera como balance del régimen anterior algunos de sus cuestionamientos. A su criterio, no hubo un plan, ni orden de prioridades, ni análisis de probabilidad de contagio ni de probabilidad de enfermedad grave. 

Y agrega que se buscó cumplir con la supuesta meta de vacunados sin criterios técnicos y en un enorme desorden. “Ojalá un día haya justicia. El exceso de mortalidad no se puede esconder”, expresa la especialista en salud pública.

Asimismo, los reportes diarios que publica Oporto a través de su cuenta en Twitter revelan la baja tasa de pruebas de diagnóstico en comparación con las naciones vecinas.

Y aunque recién en los últimos meses la cifra superó las 4.000 pruebas diarias, Gómez Ayora considera que se deberían aplicar al menos 15.000 para tener una idea más aproximada de cuál es la real situación de la pandemia en el país.

Los resultados son insatisfactorios incluso en el proceso de vacunación, pues tomando nuevamente como referencia a los demás países de América Latina, que han tenido un contexto similar al de Ecuador, hay al menos una docena de ellos que van mucho más avanzados.

Aguilar destaca que el gobierno entrante se haya trazado como meta vacunar a 9 millones de personas en 100 días y que considere que conseguir eso es indispensable para la reactivación de la economía.

Como segundo aspecto dice que “aún en este punto de la pandemia es necesario emprender en vigilancia epidemiológica y especialmente comunitaria”. Argumenta que luego de la pandemia el país verá otros efectos en la salud, como el agravamiento de las enfermedades crónicas, problemas de salud mental, de violencia, entre otros. “La afectación a la salud va a ser muy amplia”.