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El Ecuador vuelve a desunirse

Dicen que la alegría dura poco en la casa del pobre. No han pasado seis meses del nuevo gobierno y ya estamos halándonos de los pelos nuevamente. Es percibible un gran todos contra todos nacional. Incluso dentro de las partes en contienda existe un visible pugilato. Miren sino lo que ocurre en Alianza PAIS.

Pero los tiempos no están para entretenernos en un cómodo ring side. Además los boxeadores no dan un buen espectáculo. Son mediocres, como se decía en la década infame. Ninguno tiene buena pegada. Por eso los temas se dilatan y no hay posibilidad de ver un K.O., aunque sea técnico. Bailan y bailan en el cuadrilátero.

Mientras tanto, la comercialización del crudo, por ejemplo, sigue sometida a las mismas anomalías que a su tiempo denunció Fernando Villavicencio y que lo tiene con grillete al tobillo.

¿Qué pasa, presidente Moreno? Ponga ese tema en orden y no permita que el petróleo también manche a su gobierno. Dígale a su ministro que averigüe para impedir que algunos intermediarios (la misma jeringa con distinto bitoque) sigan haciendo de las suyas, en sus negocios con China y Thailandia. Usted no tiene porqué mantener los antiguos “compromisos” que tantas trafasías permitieron.

Por otro lado, no puede ser que se dé la impresión de que sus decisiones no son asumidas como mandato por parte de los funcionarios que tendrían la obligación de cumplirlas, una vez que se han hecho públicas.

Esa cantaleta de que usted gobierna con el equipo económico de su antecesor, le hace mucho daño no solo a su imagen sino a la de la república. ¿Qué clase de gobierno es ese donde el presidente no manda y cada cual resuelve a su antojo o conveniencia?

Está muy bien que el reajuste de la economía se esté intentando cumplir sin paquetazos pero, sus medidas de reactivación hasta ahora son únicamente de recaudación. Si golpea a la clase media, a los profesionales sin hijos a su cargo, no se produce un clima de reactivación. Es la clase media la que gasta en el país. La clase alta viaja y gasta afuera. Y los pobres no tienen mucho para gastar. Viven, como usted sabe, con las completas.