En los últimos días, los efectos de la protesta colombiana han empezado a escalar y a cruzar a suelo ecuatoriano. La paralización de actividades y el cierre de vías internas de ese país mantienen interrumpido el tráfico de mercancías que Ecuador envía y recibe de Colombia. Desde el pasado 28 de abril, que empezó la manifestación como rechazo a las reformas económicas impulsadas por ese Gobierno, la    facturación de productos se ha reducido en un 20 %, mientras que los inventarios han llegado a caer hasta un 40 % promedio.

Los resultados los arroja una encuesta que la Cámara de Comercio e Industrias Ecuatoriano Colombiana (Camecol) realizó a 35 medianas y grandes empresas para tener una referencia de cómo este problema ha empezado a afectarles. Lo más preocupante, dice Alexandra Mosquera, su directora Ejecutiva, es el desabastecimiento que algunas industrias han empezado a registrar. No solo de productos terminados que llegan de Colombia, sino de materias primas que requiere el país para producir. “Pese a que el puente de Rumichaca se mantiene abierto, varias vías internas cerca de Nariño, Ipiales y otras zonas están cerradas. Por ello, la carga que habitualmente viene    no ha podido pasar ni siquiera hacia la frontera, ni tampoco la carga ecuatoriana hacia Colombia”.

Una de las primeras advertencias llegaron el pasado 14 de mayo con un comunicado de Levapan, una de las principales comercializadoras de levadura fresca de Ecuador, en el que informa a sus clientes la dificultad de atender sus pedidos en los próximos días. “Colombia, donde se encuentra nuestra planta de producción de levadura fresca, atraviesa desde hace varios días por una delicada situación de orden público que ha paralizado el transporte de materias primas, productos, alimentos, lo cual está perjudicando la logística de la mayoría de empresas del país”, cita el documento. Advierte que, si bien la empresa sigue operando, el efecto de las protestas se verá evidenciado en el retraso de las entregas, debido a una reducción de su stock.

Mosquera acota que igual situación ya viven otros sectores productivos como el de    confites, plásticos y farmecéuticas. “Calcular las pérdidas    aún es complicado, pero    conocemos el caso de una empresa asociada al sector manufacturero que tiene grasas, aceites, detergente y que trabaja con este país en doble vía (venta de productos terminado    e importación de insumos) que en tres semanas ya suman pérdidas por $ 3 millones”, dice.

Se estima que el actual bloqueo del comercio binacional, al que Colombia aún trata de hallarle solución, ahonde aún más las pérdidas que ambos países vienen arrastrando desde el año pasado, con los efectos de la pandemia. En el 2020, según el Banco Central, las exportaciones totales sumaron $ 789 millones y las importaciones, $ 1.496 millones, un 8% y un 18 % menos, respectivamente.

Ayer, en la capital colombiana se volvieron a registrar restricciones, esto pese a que el Gobierno de ese país ordenó el pasado martes un desbloqueo de carreteras, las pérdidas económicas en ese país ya ascienden a $ 1.763 millones. La expectativa es que en las próximas horas o días vuelva a darse el flujo de mercancías, pero desde ya Mosquera advierte de un problema. “Si esta semana se anuncia el cese de la paralización, lo que se va a registrar es una saturación en los puertos y un incremento del costos del transporte porque todo el mundo va a querer sacar la carga lo más pronto posible”.

Por ello hace un llamado a las autoridades gubernamentales, tanto de Colombia como de Ecuador, para que desde ya se coordinen caravanas    o corredores logísticos que permitan el paso fluido de la carga, a fin de evitar que el incremento de vías de contrabando se siga incrementando.

• PROTESTAS. BLOQUEOS EN PUERTO MARÍTIMO

Vándalos atacaron ocho túneles ubicados en la carretera que lleva a Buenaventura, el principal puerto marítimo de Colombia, lo que afecta gravemente el comercio internacional en momentos en que el país completa 23 días de manifestaciones contra el Gobierno colombiano, denunciaron las autoridades.

El comandante de la Tercera Brigada del Ejército, el general Miller Nossa, dijo a periodistas que una turba destruyó la noche del miércoles las máquinas que generan energía, robaron combustible y afectaron gravemente otros elementos indispensables para el buen funcionamiento de estos túneles.

Por el puerto de Buenaventura, ubicado en el departamento del Valle del Cauca (suroeste), se maneja un poco más del 50 % del comercio exterior del país.

“Los delincuentes violentaron las puertas de seguridad donde se encontraban plantas eléctricas, hurtando combustible de las mismas, así como baterías, cargadores y otros elementos”, detalló el general Nossa. EFE