El pasado jueves 9 de enero de 2020, el Servicio de Rentas Internas (SRI) destacó el logro de la entidad de haber alcanzado el año pasado la cifra máxima de recaudación de la historia, al registrar en sus libros un total de $ 14.269 millones. No obstante aunque la cifra, en efecto, es la más alta, no fue suficiente para que la institución lograra los objetivos planteados a inicios de año, en el que estimó un cobro de $ 14.872 millones. 

La ralentización económica que vivió el país, generada por un ajuste fiscal que repercutió en un menor consumo del Gobierno y los hogares, fueron parte de los factores que alejaron al Gobierno de la meta inicial. 

Una reflejo de esa baja dinámica fue la recaudación del IVA (Impuesto al Valor Agregado), que resulta del cobro que se hacen por las transacciones comerciales internas y externas, y que en el 2019 tuvo un pobre crecimiento del 0,8% ($ 4.884 millones), muy por debajo del  del 9% que se registró en la recepción del Impuesto a la Renta (IR) ($ 4.769 millones).

La menor actividad comercial del 2019, como consecuencia de una desaceleración de la demanda de los hogares, también generó un efecto negativo en el cobro del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) que se realizan en las operaciones internas y externas (importaciones); este sumó $ 910 millones, $ 67 millones menos que en el 2018.  

A ese retroceso también se suma el cobro del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD). Según las cifras del SRI, este alcanzó los $ 1.140 millones en el 2019, versus los $ 1.191 millones  del año previo; es decir, una caída del 4,2%.