Conformar y costear un fideicomiso, en algunos casos, puede ser una tarea complicada en Ecuador.

El fideicomiso es un mecanismo de inversión que permite que un tercero (una fiduciaria) administre de forma autónoma un conjunto de activos relacionados con el negocio, con el fin de protegerlos de todo riesgo. Gran parte de ese capital o patrimonio se está canalizando a través del mercado de valores, en fondos de inversión.

Lo que hace atractivos a los fideicomisos es la seguridad jurídica, “su bien preciado”, porque tienen controles de todo tipo, cuentas por separado y reglas claras de administración de los recursos.

No obstante, esa misma fortaleza también puede convertirse en su debilidad a la hora de impulsar a un sector que puede aportar dinamismo a la economía local, aseguran representantes del sector.

Según datos de la Superintendencia de Compañías, hasta el 30 de abril de este año se contabilizan 3.213 fideicomisos, los cuales cuentan con $ 10.083 millones, monto que representa el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Según las cifras de la entidad de control, el dinero en fideicomisos ha crecido 24 % en los últimos tres años.

Clemente Vivanco, socio del consultorio jurídico Vivanco & Vivanco, explica que hay una cantidad de requisitos que se necesitan para tener una licencia fiduciaria. Esto hace que los costos sean elevados para mantener el funcionamiento de un fideicomiso.

Asimismo, explica Vivanco, los trámites burocráticos que se deben hacer en la Superintendencia de Compañías “hacen que las fiduciarias tengan que meterle mucho trabajo, muchas horas hombre al proceso de crear y mantener un fideicomiso”, dice el experto.

Ramiro Viteri, director de la Asociación de Compañías Administradoras de Fondos y Fideicomisos Mercantiles del Ecuador (Aaffe), señala que el sector fiduciario está sobrerregulado en el país y ello implica mayores costos.

“Significa costos, significa tiempo, significa tramitología”, dijo Viteri.

El titular de la Aaffe asegura que incluso las autoridades de control tienen conciencia de la sobrerregulación y han buscado salidas con resultados discretos. El año pasado se hablaba de impulsar una nueva ley para el mercado de valores y el sector fiduciario, pero el proyecto solo se quedó en anuncios debido a problemas políticos, según Viteri.

Para Marcelo Andrade Cordero, director de la Maestría en Derecho Bancario y Mercado de Valores de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (UCSG), se requiere mayor difusión para que el gran público pueda entender las ventajas que ofrece la herramienta para el financiamiento del desarrollo, generación de empleo, impulso al emprendimiento e innovación.

Por ende, desarrollar cursos de educación financiera y fiduciaria es indispensable, aseguró Andrade Cordero.

Bernardo Orellana, gerente de Fondos de Anefi, asegura que en el sector “hay requerimientos del siglo pasado”. Para todo se requieren firmas físicas o documentos físicos”.

El costo administrativo es alto, dijo Orellana, por lo que la rentabilidad puede verse mermada. “Eso le termina pegando al cliente (...) Eso eleva el costo del fideicomiso y eso termina siendo prohibitivo”, añadió.

• Requisitos: Al menos, ocho requisitos se deben presentar para conformar un fideicomiso. Entre ellos están antecedentes, certificados bancarios, certificados de ingresos, documentos de identidad, formularios, entre otros.
• Tiempo: Según las fuentes consultadas por EXPRESO, conformar un fideicomiso puede tomar entre tres y cuatro semanas. En síntesis, el trámite dura lo que toma realizar una escritura pública. Tener los requisitos a la mano es indispensable. 
• Costos: El valor varía de acuerdo al tamaño del fideicomiso. Su creación podría estar entre los $ 4.000 o $ 5.000. Mientras que su mantenimiento anual puede estar entre los $ 4.000, en promedio, señaló Vivanco.