TRAFICO VEHICULAR Y CO (7859367)
Con el retorno a la presencialidad en todas las calles y avenidas de la capital se incrementó el flujo vehicular y el caos en el tránsito.René Fraga.

La normalidad empieza a oscurecer el ambiente

Las nubes de contaminación reaparecen en algunos puntos. Los tiempos de viaje volvieron a los niveles de prepandemia

El retorno paulatino a la normalidad empieza a generar impactos. Aunque las autoridades aseguran que la calidad del aire de Quito sigue siendo aceptable, dentro de los parámetros internacionales, los habitantes de la ciudad ven con preocupación el retorno de estelas de contaminación en algunos puntos de la ciudad que no aparecían desde la aplicación de las medidas de restricción por la pandemia.

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El martes pasado, Elizabeth Amaya tomó el Trolebús, en la estación norte, para llegar a su local de abastos ubicado en el ingreso al Centro Histórico. Cuando descendió de la unidad dijo que se volvió a encontrar con la nube de humo que se formaba al ingreso de la calle Guayaquil, uno de los puntos de mayor convergencia vehicular de la capital.

“La mascarilla también se mancha de esmog con mayor rapidez. Como mi trabajo es atender a clientes me toca cambiarla hasta tres veces en el día”, explicó la comerciante.

Valeria Díaz, coordinadora de la Unidad de investigación, análisis y monitoreo de la Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito, dijo que en los meses más estrictos del confinamiento, entre marzo y junio de 2020, se redujo en un 70 % la presencia de contaminantes en la ciudad.

La funcionaria reconoció que a medida que se han ido recuperando las actividades presenciales, este porcentaje se va reduciendo sin que la contaminación del aire constituya aún un peligro para los habitantes de la capital.

“Al ir recuperando la normalidad volvemos a sacar los autos y aparecen nuevamente las emisiones. En los primeros meses de este año las fuertes lluvias han hecho que el tráfico vehicular sea más pesado, lo que aumenta la contaminación”, señaló la funcionaria.

Se considera que el 90 % de contaminantes en la ciudad se relaciona con el transporte público, camiones y automóviles que utilizan combustibles como la gasolina y diésel.

Víctor Herrera le dijo a EXPRESO que se sintió “como pez en el agua” mientras los colegios y universidades no volvían a las actividades presenciales. Desde San Carlos (norte) hasta la Alameda (centro), en donde se ubica su trabajo, estaba haciendo un promedio de 25 minutos en su vehículo.

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“Pero desde que inició este año me está tomando entre 45 y 50 minutos hacer el mismo trayecto. En la noche, el tráfico vehicular es insoportable. Todos los días busco vías alternas, pero ninguna me ha funcionado hasta ahora”, señala.

Cristóbal Buendía, del Observatorio de Movilidad de Quito, explicó que el parque automotor en la ciudad crece a un ritmo del 3,5% y 4% al año. En 2021 se matricularon unos 635 mil automotores. Si se toma en cuenta esa media, entre 2021 y 2022 debió haber un incremento de 45 mil.

“El problema es que el espacio vial crece en las periferias, pero no crece en las zonas congestionadas. El impacto se mide en tiempos de viaje y el ejemplo es que esta semana el transporte público se hizo 40 minutos en el tramo Calderón-El Labrador, igual que antes de la pandemia”, explicó Buendía.

Sin dar cifras o porcentajes, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) reconoce este incremento vehicular entre el 15 de febrero y el 8 de marzo. “Factores como el retorno a la presencialidad de las actividades económicas y educativas, movilizaciones sociales y las condiciones climáticas adversas incrementaron los tiempos de traslado en la ciudad”, justificó la entidad. Por eso anuncia la intensificación de los operativos de control.