La resistencia que tienen las empresas ante la actual emergencia sanitaria es más vulnerable de lo que se creía. Un reporte, avalado por la Superintendencia de Compañías, menciona que el 50 % de los negocios pudieron mantener sus operaciones sin problemas durante los primeros 28 días, y no en 37 días como estiman otros estudios.

Transcurridos ya 52 días desde que un estado de excepción paralizó a todo un país, el análisis de cifras desvela que bajo ese parámetro, hoy ya el 75 % del aparato productivo sin operar estaría teniendo severos problemas de flujo de caja.

Hablar de las empresas que empezaron a quedarse sin recursos durante los primeros 10 días (un 25 %) no necesariamente es hablar de una quiebra, “habría que constatar los resultados, pero se puede presumir que probablemente eso ha pasado”, señala Juan Manuel Domínguez, uno de los investigadores de la Escuela de Negocios de la Espol (Espae), entidad que también participó en la elaboración de este informe, junto a la Universidad Espíritu Santo (a través de la ESAI Business School).

El estudio toma como base los flujos de efectivo, los balances generales y los estados de resultados que 30.817 empresas entregaron a la Superintendencia, hasta el 31 de diciembre de 2018. Esto arrojó que el 50 % de las firmas ecuatorianas tienen salida de efectivo por $ 141.000 y entradas anuales de $ 151.000, una situación que, en efecto, les deja pocas reservas de dinero, lo que les impediría crear un colchón suficiente ante una recesión o un estado de emergencia como el actual.

El reporte, publicado la tarde de ayer, menciona que la vulnerabilidad de las empresas también se mide por el número de empleados que tengan. Las que son intensivas en mano de obra tuvieron 27 días de resistencia, versus las que son más intensivas en capital o en uso de nuevas tecnologías (34).

A eso hay que sumar el tipo de mercado. Aquellas compañías que exportan suelen tener mayores flujos, versus aquellas que solo se dedican a atender el mercado local.

Estos resultados, dice Domínguez, permiten elaborar una radiografía del estado de gravedad en el que podrían estar las empresas. De ser tomados en cuenta, el Gobierno podría definir políticas que ayuden a las compañías, sobre todo a las más pequeñas.

“El 96 % son micro, pequeñas y medianas. El resto son las grandes. ¿Pero qué pasa? Las más pequeñas son las que generan el 49 % del empleo. Y en estos momentos se puede decir que son ellas las que están en serios apuros de liquidez”, menciona el investigador. La recomendación es que el Gobierno les dé una asistencia inmediata, así como están haciendo los Gobiernos de otros países.

Según este reporte, las actividades económicas privadas menos resistentes son: construcción (25 días) y las que dan servicio de alojamiento (24 días). La ayuda, sostiene Domínguez, debe estar direccionada a los sectores que más lo necesitan. Y estos no solo podrían recibir ayuda estatal, sino créditos por parte de la banca. Un servicio que, a su parecer, no se ha fortalecido. “Estamos teniendo una política contracíclica. En lugar de expandir crédito, tenemos indicios de que está sucediendo todo lo contrario”.

“AYUDAR A SOSTENER LAS PLAZAS DE EMPLEO ES ESENCIAL”

Mientras el Gobierno fija las condiciones para que el 70 % del aparato productivo pueda volver a sus labores cotidianas y pueda reactivarse, los expertos ven necesaria la intervención estatal, con una política de subsidios que permita a las empresas cubrir los sueldos.

Según este estudio, las micro y pequeñas empresas son las más golpeadas en número, aunque en términos de salarios las más afectadas son las medianas y las grandes.

En el escenario de las compañías que únicamente tienen 45 días de resistencia sin liquidez, se necesitarían 633 millones de dólares para cubrir completamente los salarios de este grupo de empresas; mientras que en el escenario de las empresas que solo tienen hasta 60 días de resistencia sin liquidez, se necesitarían alrededor de 1.025 millones de dólares en subsidios para mantener los empleos en las 24.823 compañías durante dos meses.