
El estrecho de Ormuz, enclave estratégico para el comercio del petróleo y el gas
Por sus aguas se transporta alrededor de un 20 por ciento de la producción mundial de crudo y también de gas
El Parlamento iraní pidió este domingo 22 de junio de 2025, tras los ataques de EE. UU. contra Irán, el cierre del estrecho de Ormuz, un punto de importancia estratégica que separa las costas de Irán y Omán, una decisión que aún debe recibir la aprobación del Consejo Nacional de Seguridad de la República Islámica, pero que de confirmarse tendría un impacto mundial.
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El estrecho de Ormuz recobra todo su interés ante la escalada del conflicto entre Israel e Irán, y ahora con EE. UU., pues por sus aguas se transporta alrededor de un 20 por ciento de la producción mundial de crudo y también de gas.
Ubicado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, por este estrecho, que en su punto más angosto mide 54 kilómetros, transitan cada día un promedio de 13 buques cisterna que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo.
La amenaza de bloquear el tránsito marítimo
Durante años, las autoridades persas ha amenazado en varias ocasiones tanto a Israel como a Estados Unidos con bloquear el tránsito marítimo y sobre todo a este último, en respuesta a las sanciones impuestas por Washington por su programa nuclear.
Aunque esas amenazas no se han llevado nunca a cabo, ese área ha sido escenario de numerosos incidentes en los últimos años, incluidos ataques y confiscaciones de petroleros y cargueros, en medio de las tensiones entre Irán y Estados Unidos por las sanciones impuestas por este último a la venta de petróleo iraní.
El primer ejemplo de ello fue cuando decidió retirarse en 2018 del acuerdo nuclear firmado entre Irán y las potencias en 2015 al considerar que Teherán mintió sobre su programa atómico al seguir enriqueciendo uranio por encima de los límites permitidos.
En abril de 2019, la situación se agravó después de que EE. UU. endureciera las sanciones a la exportación de petróleo por parte de Irán y como consecuencia, las autoridades iraníes amenazaron con bloquear el estrecho.
En 2021, y debido a que en los últimos años la zona fue escenario de ataques a petroleros, de los que en muchos casos se acusó a Irán, este país inauguró una estratégica terminal de exportación de petróleo en el mar de Omán, lo que evitó por primera vez a los cargueros tener que cruzar el estrecho de Ormuz.
El crudo llegaría a la instalación, situada en la ciudad costera de Jask, en la provincia sureña de Hormozgan, a través de un oleoducto que tiene su origen en el campo petrolífero de Goreh, en la región de Bushehr.
Este megaproyecto contó con una tubería que se extiende por 1.000 kilómetros y tiene una capacidad de transferencia de 300.000 barriles de petróleo por día de Goreh a Jask en esta primera fase y, en el futuro, podría alcanzar el millón.
A lo largo de los años continuaron las tensiones, como ocurrió en abril de 2024, tras el ataque contra el consulado iraní en Damasco en el que murieron siete guardias revolucionarios, y del que Teherán acusó a Tel Aviv y que estuvo a punto de provocar el cierre de este estrecho.
El último episodio hasta el momento lleva desarrollándose desde este mes, tras la operación militar que emprendió Israel con bombardeos contra infraestructuras atómicas y energéticas iraníes y sus posibles consecuencias en los mercados mundiales si Irán decidiera finalmente cerrar este estrecho.
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