Una idea de diversos ideólogos de izquierda y economistas denominados heterodoxos ahora se transforma en un proyecto de ley. La asambleísta correísta Doris Soliz busca presentar al Legislativo la propuesta de Renta Básica Universal (RBU) pagada en dinero electrónico, una alternativa para ayudar a los más vulnerables ante la crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19.  

La idea nació en la Coordinación de Derechos Humanos de la Asamblea, dijo a EXPRESO Marcela Aguiñaga, asambleísta correísta.  

En términos generales, la iniciativa busca entregar $ 400 al mes, de manera permanente, a un sector de la población en extrema vulnerabilidad. El pago de esos $ 400 se realizará a través de dinero electrónico que no podrá ser materializado. Es decir, no podrán convertirse en dólares físicos. 

Además, ese dinero tiene varias restricciones: no puede transferirse al exterior y no podrá ser gastados libremente, únicamente se los podrá utilizar de acuerdo a lo reglamentado.    

Sin embargo, en el proyecto de ley no hay información sobre cómo se financiará la propuesta o si el dinero electrónico estará respaldado en dólares físicos. 

En el caso de Ecuador, dice el proyecto de ley, las leyes le dan la posibilidad de utilizar mecanismos e instrumentos de política monetaria para el financiamiento del programa. Se menciona que con el incremento de la recaudación tributaria del 5 %, sin subir impuestos, se podría costear la propuesta para 2 millones de personas. 

A través de su cuenta de Twitter, Aguiñaga respaldó el proyecto de ley de su compañera de bancada. La asambleísta señaló a este Diario que los dólares electrónicos estarán respaldados con títulos del Banco Central del Ecuador (BCE) y que en ningún momento se trata de una moneda paralela. 

Estarían respaldados por títulos del Banco Central por un monto no menor a $ 400 millones (...) Es un dólar norteamericano respaldado en títulos del Banco Central”, dijo Aguiñaga. 

Economistas advierten que la propuesta puede ser en extremo peligrosa porque prácticamente es llevar a Ecuador a un bimonetarismo. Es decir, operarían dos monedas en la economía nacional: dólares estadounidenses y dólares electrónicos ecuatorianos. 

Para el catedrático de la Universidad Central Santiago García no es necesario crear “presión sobre la dolarización de esa manera”. 

“Una moneda como se está planteando tipo dinero electrónico es muy peligroso, crearía incertidumbre y pondría una interrogante sobre el dólar (...) Es un tema que los ecuatorianos ya hemos pasado antes de la dolarización. Teníamos al sucre como moneda y desconfiamos del sucre y la economía ecuatoriana tenía un 60 o 70 % de dolarización porque la gente tenía ahorros en dólares”, dijo García.   

En esa misma línea, Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, a través de su cuenta de Twitter señaló una política similar llevó a Zimbabue a salirse de la dolarización: su gobierno emitió cantidades enormes de “nuevos zim dólares” en dos formas: bonos (físicos y electrónicos) y monedas. 

El candidato a las presidencia por el correísmo Andrés Arauz también ha mencionado en su campaña de “flexibilizar la dolarización” e incentivar el dinero electrónico para impulsar la economía. Al ser cuestionado sobre si esa idea puede poner en peligro la dolarización, Arauz ha mencionado que él la fortalecerá.  

El candidato presidencial de Pachakutik Yaku Pérez también plantea esa misma posibilidad como una de sus estrategias de llegar a Carondelet: pagar una RBU con dinero electrónico. 

El asesor de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) Pablo Dávalos ha sido uno de los precursores de la propuesta, que busca llegar con un pago mensual a los sectores más vulnerables.