Comer una hamburguesa gourmet ahora cuesta tanto como un plato a la carta, si bien las más baratas cuestan $ 3, su precio puede llegar a superar los $ 8, lejos de los valores y el ahorro que antes representaba optar por la comida rápida.

Es que sus precios han venido creciendo, un alza que, según el informe de inflación del INEC, se ha hecho más evidente este año. Comidas típicas como las hamburguesas al igual que los sánduches tuvieron una inflación mensual de 1,33 %; ambos ítems son parte de la división de restaurantes y hoteles, que ocupa el segundo lugar del grupo que más impactó en la inflación de enero de 2023.

La guerra entre Rusia y Ucrania, que inició en el 2022, encareció algunos insumos como los aceites y su efecto, lejos de disiparse, sigue presionando los costos de medianos y pequeños restaurantes. La botella de aceite de 20 litros se mantiene en 44 dólares, un ingrediente básico y de uso frecuente que ha obligado a estos negocios a elevar el precio de sus productos o a renunciar a un porcentaje de las ganancias.

Un ejemplo de esto último se da en El Sabrosón. Su dueño, Elías Peralta, dijo a EXPRESO que en enero debieron subir 0,10 dólares por cada sánduche, cuando para tener una ganancia justa deberían incrementar a más de 0,25 dólares. Además, dice, “enero es un mes de baja venta y si se sube más el precio, los clientes se van, por eso optamos por resistir un poco más, eso pese a que la harina para hacer los panes también está más cara”, agregó Peralta.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la inflación mensual de enero fue de 0,12 %; la anual de 3,12 % y la acumulada, 0,12 %. Datos, que para los analistas económicos, como Jorge Calderón y Larry Yumibanda, siguen ubicando al indicador como el más bajo de los países de América Latina.

En el análisis mensual, el primer segmento fue muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar. En esta división lo que más subió de precio fue el desodorante ambiental, ya que tuvo una inflación mensual de 6,48 % y el servicio doméstico, subió 5,88 %; esto, según los analistas, por el alza del salario básico decretado para este año ($ 450).

Si bien estos nichos son los que más alza tuvieron, la atención la sigue acaparando el segmento que encierra a los alimentos, porque es el efecto directo que más sienten los ciudadanos, ya que el almuerzo popular también se encareció. Según el INEC, su inflación mensual fue de un 0,72 %.

“Encontrar un buen almuerzo a 2 dólares, hoy ya es imposible, uno que no sea una sopa de agua con saborizante cuesta desde 3,50 dólares”, contó a Diario EXPRESO Roberto Morales, ciudadano que tiene que comer todos los días en el centro de Guayaquil, por su trabajo.

Los dueños de los restaurantes justifican el incremento por lo caro que están los alimentos. Por ejemplo, en enero un saco de papa costó dos dólares más que en diciembre, se lo conseguía a 28 dólares. Mientras que el racimo de verde el mes pasado se lo llegó a comprar hasta 7 dólares, cuando ahora en febrero ya hay desde 4 dólares, señalaron los administradores de los restaurantes consultados.

“Subir el precio del almuerzo popular no es negocio, para evitar perder clientes, a los que son fieles y vienen todos los días les cobro 2,75 dólares, y los que vienen ocasionalmente sí tienen que pagar 3 dólares”, contó Azucena Luca, dueña del restaurante D’Linda.

EL ANÁLISIS

• LA EXPECTATIVA ES QUE LOS PRECIOS BAJEN

Para analistas económicos como Jorge Calderón, la inflación de enero muestra los ajustes de precios que suelen hacer algunas empresas al iniciar el año. “Ecuador tiene la meta de tener la inflación más baja de América Latina, por debajo del 3 % a finales de 2023, y se espera que se cumpla para que no exista tanto impacto en los gastos del consumidor”, destacó.

Una lectura similar de la coyuntura tiene el analista económico Larry Yumibanda, la cifra le indica a él que hay una inflación que va al alza; esto básicamente porque sigue el conflicto entre Rusia y Ucrania. “Pero se espera que los precios empiecen a bajar, se habla de una desaceleración en los precios hasta en los organismos multilaterales; de tal manera que se proyecta que la inflación a finales de 2023 para Ecuador puede ser de un 2,5 %”, agregó.

Esta proyección es la que hace que los restaurantes se animen a no incrementar los precios a los niveles que los costos de los insumos lo demandan.

Hay una fuerte esperanza, según los expertos, a que las medidas que se tomaron a nivel internacional para bajar la inflación empiecen a dar frutos.