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La falta de lluvias ha afectado el funcionamiento de las hidroeléctricas.

El cambio climático obliga al país a repensar el sector energético

Ecuador depende de lluvias para reducir los apagones. Organismos han alertado de climas extremos. El gas natural, una opción

Por ahora, solo esperar a que llueva. Superar, en el corto plazo, la aguda crisis energética, que implica cortes de luz de hasta ocho horas en algunas zonas del país, tiene como factor principal el flujo de lluvias en las hidroeléctricas, sobre todo del austro ecuatoriano, señalan expertos. No obstante, la solución a este problema que se ha repetido por décadas va más allá.

El Ministerio de Energía ha reconocido que los racionamientos dependen de la demanda y de las condiciones climáticas; es decir, que las lluvias se produzcan. Día a día, las autoridades monitorean los niveles de agua en los embalses de las plantas para saber su situación. Con base a esa información unas centrales se apagan y otras pueden operar con mayor potencia. Por ejemplo, gracias a las lluvias del fin de semana Mazar volvió a operar, pero con limitaciones. “Informamos a la ciudadanía que, la hidroeléctrica Mazar continúa en proceso de recuperación, pero esto no quiere decir que se ha superado el inconveniente sobre la situación del sistema energético”.

Medidas emergentes como la contratación de energía adicional para suplir el déficit de generación eléctrica tomará tiempo. Construir nueva infraestructura o terminar la que está por concluir requerirá más tiempo: meses y hasta años.

“Una adecuada y rápida contratación de emergencia, haciéndola con eficiencia y transparencia, podría tomar unos 90 días, aseguró Gonzalo Uquillas, exgerente de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

En ese contexto, especialistas del sector señalan que Ecuador debe repensar su generación energética y no depender de las hidroeléctricas. En época de lluvias estas suelen proveer cerca del 90 % de la energía que consume el país. Actualmente esa cifra llega al 69 %.

Varios organismos han advertido que Ecuador es uno de los países más expuestos de la región a desastres o condiciones climáticas extremas: fuertes lluvias o sequías prolongadas, producto del cambio climático.

Entre 2022 y 2024, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) advirtieron al país sobre su exposición a este problema. El FMI señaló que desastres naturales más frecuentes causan graves daños a la infraestructura (especialmente en las economías más pequeñas y vulnerables) y amplifican las interrupciones de la cadena de suministro y las presiones inflacionarias; es decir, aumentos de los precios, lo que provoca escasez de agua y alimentos y reduce el crecimiento a mediano plazo.

Mientras que el Foro Económico Mundial colocó como número cinco a los eventos climáticos extremos dentro de los 10 mayores riesgos para la economía ecuatoriana en este 2024. 

Hidroeléctricas. Sopladora, con 487 megavatios de potencia; y Coca Codo, con 1.500, fueron inauguradas en agosto y noviembre de 2016, en su orden.

El aporte de las hidroeléctricas pasa del 69 al 71% del suministro tras las lluvias

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“No podemos seguir dependiendo de comprar a terceros ni de las hidroeléctricas porque, primero, las hidroeléctricas dependen del clima y el clima es cada vez más duro, cada vez más largo. Ya Coca Codo-Sinclair necesita mantenimiento (...) Sopladora no tiene una turbina funcionando”, aseguró José Alvear, especialista en temas energéticos.

En ese contexto, una de las salidas para el país sería el gas natural, según Alvear. “Para tener una matriz energética más equilibrada y no seguir siendo dependiente de las hidroeléctricas”, añadió. Alvear señala que el Gobierno debe permitir la libre importación de gas natural y su exploración y producción. Con él coincide Uquillas y añade que el país debe reemplazar su parque termoeléctrico, que es obsoleto. El nuevo debería funcionar con gas o fueloil.

Para el consultor energético Jorge Luis Hidalgo, Ecuador debe explorar nuevas energías, pero también tener un respaldo que sería el gas natural. Colombia y Perú están explotando este tipo de gas actualmente, añadió el experto. El actual Gobierno debería insistir en aprovechar este insumo, a través de las licitaciones del Campo Amistad, ubicado en el Golfo de Guayaquil.

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