Un gran paso se viene para Pronaca, una de las procesadoras y comercializadoras de alimentos más importantes del país. Después de más de sesenta años de trayectoria y varias pruebas, esta firma concreta su sueño de dejar una nueva huella en el mercado externo. Andrés Pérez, director de Relaciones Institucionales, cuenta a EXPRESO lo que ha implicado este gran desafío. 

- ¿Qué tan fácil viene siendo para Pronaca mantenerse en el podio, después de pandemia? ¿Cómo ha estado el desempeño de la empresa en estos años?

- Para nosotros, crecer es casi que una obligación... Por supuesto, en años como el 2020, el que vino la pandemia, tuvimos un decrecimiento, pero ya en el 2021 intentamos igualarnos, en el 2022 crecimos algo y el 2023 tenemos la meta de romper la barrera de los $ 1.000 millones de ventas. Por supuesto que cuando hay problemas, incertidumbre, baja el crecimiento del país, pero el desafío de crecer como organización siempre la tenemos. Esas metas se mantienen aún en tiempos de crisis.

- La apuesta, sabemos, está en la oferta de carne de cerdo.

- Sí, estamos apuntando especialmente a ese segmento, donde aún creemos que hay un camino bastante amplio, por eso hemos decidido duplicar nuestra producción. Ecuador en este momento está llegando a los 11,4 kilos de consumo, por persona / año, pero creemos que puede llegar a 13, 14, como sucede en países vecinos. Pero nuestro objetivo no solo está aquí adentro. Cuando uno se pone a analizar hasta dónde puede llegar ese crecimiento, vemos que hay ciertos topes que van a ser difíciles de romper y, por lo tanto, nuestra mirada también está afuera.

- Lo sabemos por la reciente exportación que acaban de hacer a Costa de Marfil, ¿pero qué ha implicado ese paso?

- Ese envío fue parte de un plan piloto. No solo ha sido cuestión de lograr buenos índices de producción y calidad, en lo que hemos invertido sobre todo en estos dos últimos años (cerca de $ 60 millones), sino trabajar en eficiencia. Ecuador sigue teniendo problemas de costos: un maíz mucho más caro, el costo de energía y mano de obra que son más altos de lo que tienen países vecinos, algo que nos da una desventaja.

- ¿Por qué decidieron entrar a Costa de Marfil?

- Por la flexibilidad de este mercado. Otra barrera que el país tiene para poder exportar es el tema fitosanitario. En ese sentido, hay países más flexibles que EE. UU., Asia o países europeos, a donde queremos llegar. Y en eso estamos trabajando, para conseguir algo que se llama compartamentalización, el adoptar un sistema de protección de ciertas áreas, para declararlas libres de enfermedades (como peste porcina clásica, aftosa). Entonces eso permite que mercados de afuera certifiquen que tu producción no tiene ningún tipo de falencias. Pronaca no tiene ese problema, pero en ciertos sectores del país sí, y hoy el control se hace a nivel de país. Por eso estamos trabajando en todo tipo de certificación.

- ¿Qué tipo de certificaciones?

- Hace pocos meses obtuvimos una certificación en nuestra planta de faeanamiento, una planta que ya tiene 30 años, pero que acabamos de ampliar y modernizar para incrementar nuestros niveles de producción y eficiencia. Ya tenemos el sello de Mabio, que avala la calidad de la oferta, otra certificación de bienestar animal y es así como nos estamos preparando para exportar. No obstante, no es un esfuerzo que solo debe hacerlo la empresa privada, lograr esto conlleva tener una relación, un trabajo conjunto con el sector público porque al final del día, el país que nos vaya a comprar el producto debe tener la confianza de la autoridad sanitaria local.

- ¿Cuál es la capacidad de procesamiento que tiene la firma actualmente?

- La producción del país creo que ya está bordeando, entre tecnificada y no tecnificada, las    200.000 toneladas y de eso nosotros somos responsables de un 60 %. Si nuestra producción hace un año era 100, hoy ya estamos en 150 y para el próximo, probablemente, sea 300. Incrementar esa oferta es nuestro fin.

- Con todo esto, ¿Costa de Marfil ya es un mercado fijo? ¿A dónde más se apunta?

- Ese es nuestro mercado de exploración, pero nuestra próxima meta es llegar a mercados grandes. Y, en ese sentido, el horizonte más cercano para Pronaca es Asia, un mercado donde queremos competir con calidad, pero también con eficiencia. En ese sentido apuntamos a reducir costos al máximo, vía tecnología y modernización, con eso creemos tendremos una ventaja para enfrentar a otros competidores de igual a igual.

- Ecuador acaba de suscribir un acuerdo comercial con China, ¿cómo esto ayudaría?

- Eso lo vemos como una oportunidad, a nosotros nos genera una expectativa fenomenal. Hemos seguido de cerca esa negociación, China es uno de los países que busca carne de cerdo, y son este tipo de herramientas las que tenemos que aprovechar. Yo calculo que en un par de años podríamos estar llegando a ese país.

- Sin embargo, esto está en stand by, por todo lo que ha acontecido en el país. Sin Asamblea, eso aún está en veremos.

- Creemos que se resolverá. Los temas políticos en Ecuador no son nuevos. Hemos sobrevivido algunas crisis en el pasado y tenemos fe. Los planes de inversión para Pronaca siguen igual. Son decisiones tomadas y en marcha que son indispensables para nuestro crecimiento y el abastecimiento de nuestra cadena productiva y comercial.

• CONTEXTO.

En abril pasado, Ecuador exportó por primera vez carne de cerdo a Costa de Marfil, lo hizo de la mano de Pronaca, una de sus principales empresas del país. En este proceso, se enviaron 22,5 toneladas del producto. El hecho habla del potencial que el país tiene para vender a otros países, aunque existen retos por superar.