Alemania activará los topes al precio del gas y de la electricidad, dentro del plan destinado a paliar los efectos de la inflación del sector energético a base de nuevos alivios a hogares y pequeñas y medianas empresas.

El límite al precio del gas quedará en 12 céntimos de euros por kilowatio/hora, mientras que el de la electricidad será de 40 céntimos, anunció el canciller Olaf Scholz, al término de la reunión con los jefes de Gobierno de los Estados federados.

“Es prioritario apoyar a las familias y a las empresas, en una situación en que se han disparado los precios de la energía”, afirmó el canciller, quien responsabilizó de ello al conflicto entre Rusia y Ucrania.

El límite del precio del gas empezará a implantarse previsiblemente en febrero, a modo de solución de compromiso entre los planes del Gobierno y los poderes regionales.

En paralelo a estas decisiones, el gobierno de Scholz acordó ayer, en Consejo de Ministros, que el Estado asuma en diciembre la factura del gas de los consumidores, a modo de medida casi inmediata para aliviar los efectos de la crisis energética.