Economia, migracion y agricultura

Son tres palabras vinculadas a la realidad vivida por el país a partir del feriado bancario del año 1999. Aquella crisis económica provocó una estampida migratoria de ecuatorianos al exterior, especialmente a España. Se calcula en un millón el éxodo de habitantes, quienes debieron buscar cómo supervivir en tierras extrañas, encontrando sobre todo ocupación en las labores agrícolas, que curiosamente no les gustaba realizar en nuestro país.

El Ecuador sigue teniendo gran potencialidad agroexportadora. Sus principales ingresos de divisas, que sostienen la dolarización, provienen de productos cultivados en la zona rural: banano, camarón, cacao, flores, caña de azúcar, plátano, café, entre los más importantes. Creemos firmemente que es al sector agropecuario al que debe dar prioritaria atención el Estado, al ser la actividad que más contribuiría a superar la actual crisis económica.

Resulta increíble el bajo presupuesto que se asigna al ministerio encargado de promover estas actividades productivas. Generalmente se nombra para dirigir las políticas agropecuarias a personas sin vínculos directos con ellas, que desconocen los reales problemas del sector. Afortunadamente, quienes se dedican a faenas agrícolas tienen el suficiente apego a sus tierras, lo cual les permite sobrevivir a las situaciones adversas que deben enfrentar ante la falta de un definido apoyo estatal.

Si algo hizo muy mal el anterior gobierno fue desmantelar virtualmente la investigación que realizaba el Iniap, institución que entregaba una gran ayuda con sus estudios técnicos al sector agropecuario. Se separó a experimentados profesionales con el pretexto de renovar la entidad y se terminó reduciendo el personal de expertos, reemplazándolos con neófitos, con algún conocimiento teórico; pero hay que aceptar que en materia científica la experiencia es un aliado imprescindible.

Mucho se ha escrito sobre este sector fundamental de la economía, lo que no se hace es darle la importancia que merece, si se admite que a fin de cuentas es el que posibilita la subsistencia de los dieciséis millones de ecuatorianos.