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Activistas ecuatorianas en España.Belén Castro

El doble desafío que enfrentan las mujeres migrantes en España

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La lucha feminista puede parecer aún más compleja desde el exterior. Como mujer migrante, la reivindicación no sólo abarca los derechos para una sociedad más equitativa, sino también la búsqueda de igualdad de derechos como extranjera. Esto implica combatir contra la discriminación en el acceso a un empleo digno, la educación y la regularización.

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Desde esa perspectiva, conversaron con EXPRESO, mujeres ecuatorianas destacadas en la defensa de los derechos migratorios.

Soledad Lucero, originaria de Quito, ha vivido en España durante 23 años. Actualmente, es miembro de la Asociación de Movilidad Humana en la región de Galicia. Su vinculación con el activismo comenzó en Ecuador, influida por sus raíces indígenas.

"Esta lucha proviene de la defensa del territorio de esa mujer indígena, abuela y bisabuela en Ecuador. Además, cuando tenía 18 años, conocí a los Salesianos en Zumbagua (Provincia Cotopaxi), donde trabajábamos empoderando a mujeres indígenas y se crearon las primeras universidades indígenas", cuenta.

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Desde allí, mantuvo un fuerte vínculo con la reivindicación de derechos. Al llegar a España, Soledad relata que la mayoría de los migrantes que llegaban de Ecuador durante la primera ola migratoria eran mujeres. Así comenzó su lucha para que las personas extranjeras tengan un acceso digno a las necesidades básicas para vivir en este país.

“Hace 12 años, llevamos organizadas como Movilidad Humana (…) Todo desde la dignidad, nada desde la caridad, porque queríamos tener voz e identidad propia. Es decir, un lugar donde nadie piense por nosotros ni nos diga qué hacer, sino que nuestras voces, nuestros sentires y nuestros cuerpos, sean los actores reales, porque nosotras somos sujetos de derechos. Juntas somos fuertes, pero tejidas invencibles”, afirma Lucero.

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Red de las mujeres latinoamericanas y del Caribe.Belén Castro

Ella añade que las mujeres migrantes son doblemente vulnerables, una afirmación respaldada por el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado el 4 de marzo de este año. El documento revela que las mujeres constituyen el 48% de los 281 millones de personas migrantes internacionales. «Las mujeres que migran como trabajadoras enfrentan varios retos, incluyendo la potencial discriminación de género en el mercado laboral y la falta de redes de apoyo en un país extranjero. Muchas mujeres migran como integrantes de una familia en lugar de hacerlo únicamente en busca de oportunidades laborales. Estos factores pueden provocar que las mujeres estén menos representadas entre las personas trabajadoras migrantes», detalla el informe.

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Para la ecuatoriana Paulina Cardona, miembro también de la Asociación de Movilidad Humana en Valencia, es importante la defensa de los derechos de las numerosas mujeres migrantes, quienes en su mayoría se dedican a trabajos domésticos y de cuidado. En concordancia con las cifras de la ONU, la mayoría de las trabajadoras migrantes tienen empleos informales, mal remunerados y no regulados. En 2021, el 79,9% de ellas trabajaba en el sector de servicios. Hay más mujeres migrantes que hombres laborando en ese ámbito, debido al aumento en la demanda de empleo en actividades de cuidado, como la atención sanitaria y el trabajo doméstico.

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"La migración femenina conlleva necesidades afectivas, judicial y familiares, ya que nos encontramos con compañeras que venían con una carga psicológica muy fuerte. Muchas de ellas huían de la violencia machista y otras llevaban la carga de haber dejado a sus hijos. Esto nos motivó a organizarnos para trabajar con ellas, dada la importancia de sentirse solas en un territorio lejano, y de tener un punto de referencia a donde llegar, ser escuchadas y tratar de resolver esa parte jurídica tan fundamental en sus vidas", expresa Cardona.

La compatriota Susana Pozo, integrante de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe de Madrid, indica que existen necesidades urgentes en la comunidad migrante feminista que deben ser atendidas.

"Mejoras en las condiciones de trabajo en las que estamos inmersos (no se cobra bien, no hay conciliación familiar, los horarios son interminables), la lucha por una vida sin violencia de género e institucional. Actualmente, buscamos participación en el barrio, en los colegios, en los espacios políticos, de decisión, en lugares donde podamos incidir", señala.

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Red de las mujeres latinoamericanas y del Caribe, en actividades de grupo.Belén Castro

La Red de Mujeres incluye aproximadamente 16 asociaciones. Pozo menciona que, a través de este colectivo, existen centros que ayudan a las mujeres migrantes latinoamericanas ofreciéndoles atención integral. "La mayoría son empleadas del hogar, por lo que se les proporciona asistencia en temas jurídicos, de extranjería y laborales, orientación para la búsqueda de empleo, cursos de formación, mejora del perfil laboral y también atención psicológica".

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La comunidad de migrantes feministas está constantemente luchando por su bienestar y progreso. Este 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, su esfuerzo se hace aún más visible y resonante. Se esfuerzan incansablemente por mejorar su situación, batallando tanto por la igualdad de género como por los derechos de los migrantes. Por medio de la empatía, el apoyo mutuo y la resistencia continua, buscan efectuar un cambio positivo y significativo en su vida y en la sociedad española.

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