“Quédate esta noche”, “Piérdete conmigo”, “Hermosa tentación”, “Soy adicta a tu cuerpo”, son algunas de las 60 frases sexis que Mery Huayamabe escribió con letras destacadas sobre la licra de seda negra, roja, salmón, beige y gris de los calzones que diseña y confecciona.

Las frases van en la parte trasera de estas prendas interiores. Las hace en tallas S y M, bajo el nombre de ‘Merilyn’, su línea de lencería y bodies femeninos que acaba de lanzar al mercado local. Las presenta y comercializa a través de su cuenta de Instagram @merilyn_com

La diseñadora, de 36 años, es oriunda de Portoviejo (Manabí). Estudia en la escuela de modas de Chio Lecca en Guayaquil. Vive en la ciudad hace 16 años. Trabaja en este proyecto personal desde diciembre de 2015, cuenta a EXPRESO.

Como mujer siempre ha buscado vestir prendas cómodas, bonitas y de moda. Pensando en su propia comodidad quiso ofrecerle a las damas ropa interior y bodies con estas características. Los calzones y los bodies no tienen costuras, es decir no se marcan al cuerpo y se pueden usar con pantalones, faldas o vestidos ajustados; y los bodies no tienen broches inferiores ni aprietan como faja estrecha.

“Me di cuenta de que acá en Ecuador no hay lencería: brasiéres, tops, hilos y calzones, y me vino la idea de que sería muy chévere sacar una línea de interiores. Lo primero que pensé fue solo en la parte de abajo, no en la de arriba porque aún la estoy trabajando. Se me vino a la mente: ¿y si le ponemos frases sexis o sensuales atrás de la prenda?, sería buena idea y se me ocurrieron muchas frases”, agrega y sonríe con discreta picardía.

Mery anuncia a EXPRESO que pronto sacará al mercado su línea de vestidos, que serán a la rodilla, cómodos, para que la mujer los use a diario, en el día y la noche, y no lo compre y lo guarde porque le aprieta o le da calor.

“Quiero que la mujer se sienta cómoda, siempre esté cómoda desde la prenda interior hasta la blusa, el pantalón o el vestido”, dice la creadora de ‘Merilyn’.

Antes de decidirse a emprender en el diseño de modas, trabajó durante cinco años en una exportadora de camarón. “Era la mano derecha de los dueños, aprendí mucho, pero llegó el momento de renunciar porque estar allí ya no me hacía feliz, sentí que ese no era mi sitio y tenía que hacer algo que me haga feliz”, señala a este Diario.

Mery cuida mucho su imagen: su figura y su estética. Va al gimnasio y corre. Es maratonista y compite en carreras y, por supuesto, usa las prendas de ‘Merilyn’. MVM