Cada día y medio, una persona muere en las calles de Quito debido a accidentes de tránsito.

Lejos de la estadística está el dolor de esas pérdidas y el deseo de justicia y la impunidad.

Alejandro Páliz era un abogado de tránsito. Parece una broma irónica que él haya muerto en un accidente vial y ahora su familia esté pidiendo que se esclarezca su muerte.

“Sabemos que nadie sale a matar, pero queremos que se explique de forma objetiva si hubo o no un mal procedimiento de los agentes previo al accidente”, dice Antony Páliz, sobrino del motociclista.

El abogado, de 34 años, falleció la mañana del 21 de noviembre tras impactarse contra una patrulla de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) que se encontraba en la avenida Simón Bolívar a la altura de la Importadora Cuñas, en el oriente de la ciudad.

En esa mañana, el equipo de la AMT estaba a punto de iniciar el contraflujo, debido a la gran congestión que causó otro accidente con moto en el que murieron dos jóvenes.

Las fotos del evento muestran que la patrulla de la AMT no alcanzó a colocar los conos de advertencia en la vía cuando Páliz chocó con su moto.

Con pancartas y globos, los allegados del fallecido han realizado tres plantones y piden transparencia en la investigación. “La AMT no puede ser juez y parte”, agrega Antony Páliz. Según él, el detalle que más inquieta e indigna es un video difundido en redes en donde se ve cómo el conductor de la AMT sale de la camioneta, se sube a una moto y se va.

En cambio, la AMT en el parte policial señala que el conductor no se fue. Y en un comunicado, la institución se limitó a pedir que los motociclistas reduzcan la velocidad.

Mientras, en la urbe, los accidentes dejan cuatro heridos cada día. El dato general muestra que entre enero y noviembre hay más accidentes que en el mismo periodo de 2020.