Un caso particular. Aunque la candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González, se impuso en Guayas con poco más de la mitad de la votación, su perfil apenas logró conquistar una de las tres circunscripciones electorales de Guayaquil, capital y ciudad más poblada de la provincia.

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Según el sistema informático de escrutinio del Consejo Nacional Electoral (CNE), en Guayaquil González ganó en la circunscripción 2. Esta zona abarca las parroquias Pascuales y Tarqui, y sectores como Bastión Popular, Mucho Lote, La Prosperina, Samanes, entre otros sectores más de la urbe.

Por su lado, Daniel Noboa conquistó la mayoría de votantes de la circunscripción 1, que alberga a las parroquias Febres-Cordero y Ximena, y la circunscripción 3, que incluye otra parte de la parroquia Tarqui y los cantones de Samborondón, Durán, y Playas (en estos dos últimos ganó González).

La circunscripción 1 abarca, en el caso de Febres-Cordero, zonas como Abel Gilbert, Puerto Lisa, Batallón del Suburbio, entre otros sectores. Mientras que la parroquia Ximena alberga a Los Esteros, Huancavilca, los Guasmos, Las Malvinas, Fertisa y otros sectores. La circunscripción 4, donde ganó González, es el resto de cantones del Guayas.

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El caso de Guayaquil, ciudad en la que el Partido Social Cristiano (PSC) era hegemónico pero que inéditamente fue conquistada por el correísmo en las seccionales de febrero, se explica con las desigualdades sociales que se han ido agravando en los últimos años, en especial en las zonas rurales y urbano-marginales, sostiene el analista político Giuseppe Cabrera.

“El correísmo en la Costa, sobre todo en los barrios populares donde hay necesidades de servicios básicos, materiales y de otra índole, se ha graficado como un gestor, un proyecto social, que puede suplir las carencias de estas zonas”, dice Cabrera, para quien esto se vuelve un elemento clave en las preferencias de esta población.

Necesidades que cambian según se vaya analizando al electorado del resto de zonas de la urbe porteña, en especial las urbanas, continúa: “Mientras menos necesidades básicas se tengan que suplir, hay más posibilidades de plantearse otros temas como las libertades, valores que la Revolución Ciudadana no ha podido representar”.

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Aunque la crisis de inseguridad es un tema transversal en la ciudad y en gran parte del país, en especial en provincias de la Costa, Cabrera cree que este tema tuvo poca o ninguna incidencia en la votación, al menos no desde el punto de vista de combate a la delincuencia y equipamiento policial.

“Discrepo de ese análisis. Si fuera así, ¿por qué el voto es similar a 2021, cuando la seguridad no era un tema de crisis, sino la pandemia y la vacunación?”, se cuestiona y ratifica que el comportamiento del electoral responde a su confianza en un sistema que considera que redujo las desigualdades, más que un modelo de lucha contra la inseguridad y el crimen organizado.

Este análisis, según Cabrera, se puede hacer en ciudades de otras provincias del país donde existe una crisis de inseguridad, ya que el comportamiento de su electorado también responde al agravamiento de las desigualdades sociales en sus sectores.

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Este es el caso de los cantones de Esmeraldas, una provincia que, según la Policía Nacional, se encuentra entre las ocho subzonas más violentas del país, con alrededor de 300 muertes violentas hasta el primer semestre de 2023. A diferencia del cantón Esmeraldas, en el resto de cantones ganó la candidata Luisa González. Igual panorama en los cantones de la provincia de Los Ríos.

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