Los más feroces anti-Trump sueñan con una revuelta de último minuto, pero el Colegio Electoral, singularidad estadounidense, debería designar hoy y casi sin ninguna duda al magnate inmobiliario como el presidente número 45 de Estados Unidos.

Cuando acudieron a las urnas el 8 de noviembre, los estadounidenses no eligieron al próximo inquilino de la Casa Blanca, sino a los 538 grandes electores que integran el colegio electoral, los encargados de votar al presidente.

Cada estado cuenta con un número determinado de grandes electores y Trump logró una mayoría de 306.

Hoy, estos grandes electores se reúnen en cada uno de los 50 capitolios estatales para designar al presidente y a su vice. Es rarísimo que los grandes electores no sigan los resultados del comicio.

Parte del clan demócrata, que ve en la presidencia Trump un riesgo para la democracia, se aferra a la esperanza de que varios republicanos se desliguen del populista. En ese caso, sería la Cámara de Representantes la responsable de designar al sucesor de Barack Obama.

Una petición recogió cerca de cinco millones de firmas y estrellas de Hollywood, como Martin Sheen, difundieron esta semana un video en el que llaman a la movilización.

“Tienen el poder y la oportunidad de convertirse en héroes estadounidenses”, dice el llamado. Pero nada indica que haya 37 “electores infieles” del partido Republicano listos para abandonar a Trump. Solo uno de ellos, Christopher Suprun (Texas) ha anunciado públicamente que acataría el llamado a la rebeldía.

El resultado final podría no conocerse hoy mismo, ya que los estados disponen de varios días para comunicar sus números. El Congreso anunciará de todas formas el nombre del presidente electo el 6 de enero tras el recuento oficial de los votos.