Chiste de mal gusto

Las leyes que dicte o reforme la Función Legislativa deben ser consecuentes, entre otros aspectos, con los intereses de aquellos sobre quienes van a imperar pues, en caso contrario, no serán aceptadas y su duración será efímera.

En el proyecto para la conservación del empleo que se discute en la Asamblea Nacional se ha planteado la “brillante idea” de ampliar el permiso de maternidad y de paternidad hasta por doce meses, tanto en el sector privado como en el público, de forma voluntaria u opcional, tanto para el padre como para la madre, sin remuneración. Los argumentos con que se respalda esta reforma son buenos: se pretende con ella combatir la desnutrición del recién nacido y destacar las bondades de la lactancia materna.

El infierno se dice que está empedrado de buenas intenciones. Esta buena intención que podría tener la reforma se estrella contra la dura realidad de la economía familiar.

Doce meses de permiso para padre y madre, sin percibir remuneración alguna, no es aceptable ni como chiste. Si estuviéramos en época de inocentes, serviría para destacar lo ingeniosos que son nuestros Solones y Licurgos criollos...

La economía familiar se irá al diablo. ¿De dónde van a sacar el padre y la madre dinero para atender los gastos elementales que demanda un hogar durante estos doce meses?

Se podrá decir que en otros países, como Suecia, Noruega, Islandia se ofrece esta licencia sin sueldo; pero es que por allá existe un sistema de seguridad social por el que se paga el 80 por ciento del sueldo mientras dura la vacación de lactancia.

Por acá no se puede pensar en una cosa semejante porque el IESS no está en capacidad de financiar esta responsabilidad. El problema es estructural. Por eso se demanda un cambio de modelo.

Esta es la tarea de los políticos que no solamente piensen en las próximas elecciones, sino en las futuras generaciones. Concluimos: el permiso de maternidad y paternidad sin sueldo es un “chiste de muy mal gusto”...

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