F idel Castro murió. ¿Y ahora qué? El mundo continúa, nada se detiene. como ciudadanos políticamente responsables somos espectadores del acontecer internacional y nacional; ahora observaremos la fase retro de la política: el “arrastre del muerto”, esto es, el uso del nombre y el denominado “legado” que algunos utilizarán para decir “Fidel me dijo que yo soy tal, Fidel me dijo que haga tal cosa” para alimentar de manera continua el poder que necesitan que otros crean que posee para eternizarse en el poder, cuando en realidad están en competencia con Dios y no por medición de poder, sino porque nadie en ningún sitio los puede ver ni por foto; y como la entrevista para confirmar si lo dicho fue real o no, es difícil porque Fidel está muerto, queda al libre albedrío de las personas creerles o no, esto gracias a la libertad de pensamiento que existe en el Ecuador.

Aquí se usó esta estrategia y gracias a ella, muchos se hicieron “políticos”.

Hay incongruencia en los discursos de Castro y Hugo Chávez y como ellos vivieron, establecieron lujos y fortunas para sus familias pero modelos de pobreza y escasez extrema a sus ciudadanos, todo por profundo amor hacia ellos. Si así amaban, ¿mejor era tenerlos muy lejos? ¿Si la riqueza es tan mala, por qué se la dieron a sus familiares?

Ing. Isabel de Cordovez