Los casos de niños violados en barrios marginales se daban por la promiscuidad a consecuencia del alcohol y drogas. En ocasiones estas aberraciones eran ocultadas por los familiares, por ser personas cercanas a los niños.

Ahora se trata de maestros cuya labor es dar valores a sus educandos. A estos seudomaestros hay que retirarles sus títulos, seguramente conseguidos sin rigurosidad.

Sin embargo, la Televisión debería difundir cuñas enseñando a los niños a no dejar que nadie les toque sus partes íntimas y que deben denunciar sin miedo a quien lo hace. Esta es la mejor manera de prevenir.

Laura E. Gómez Serrano