A las 18:00 cierra la mayoría de los locales del Centro Histórico de la capital del Ecuador. Las calles se vacían y los únicos que quedan son indigentes, vendedores de droga, trabajadoras sexuales y perros callejeros.

Ni por la conmemoración de los 200 años de la Batalla de Pichincha, que representa la independencia de España, amplió los horarios. Para esta noche, tanto Municipio como comerciantes esperan atraer más a la gente, que ha vivido las fiestas con poco entusiasmo.

“Se ha perdido mucho interés en las celebraciones cívicas. Estos eventos convocaban a la ciudadanía y a las instituciones. Pero hoy hay poco interés por saber de dónde venimos, cómo se ha construido nuestro país”, dice el historiador y arquitecto Alfonso Ortiz.

Las instituciones que guardan con más celo la memoria de la gesta histórica son las militares. Las Fuerzas Armadas iniciaron los preparativos para la ceremonia militar en el Templo de la Patria, la Feria Bicentenario, un foro académico, la creación del Museo Militar y la Cabalgata Libertaria desde septiembre del año pasado.

La cabalgata, además de la elaboración de rutas, implicó un estudio de la historia militar. 120 caballos dirigidos por militares y policías recorrieron desde el 5 de mayo Guayaquil, Cuenca y otras ciudades de la Sierra, emulando el recorrido de las tropas libertarias.

En Quito, los desfiles cívicos fueron los que más marcaron la jornada de fiestas. Colegios, asociaciones, batallones militares, bomberos y policías participaron de las paradas. Sin embargo, para el historiador Ortiz, las fiestas fueron insípidas y suscitaron poco interés.

Relata que para el Centenario de la Batalla de Pichincha, el Congreso de los Diputados organizó una Junta del Centenario, que se encargó de preparar las fiestas tres años antes.

Entonces, las ceremonias, desfiles y discursos iban acompañados de programas de desarrollo. Así, hace 100 años, se construyó el Parque El Ejido, que entonces se llamó Parque de Mayo. Ortiz dice que también se construyó el bulevar de la 24 de Mayo, el obelisco en la Cima de la Libertad, el edificio antiguo del Colegio 24 de Mayo y la escuela Rocafuerte en el pie del Panecillo.

Para este Bicentenario no hay grandes obras que ayuden a la modernización del país. Tampoco las acciones de los barrios quiteños, que antaño expresaban su profundo amor por la patria. Lejos de ese ambiente, las fiestas vienen impregnadas de una carga política. El Informe a la Nación, que tiene previsto hacer hoy el presidente Guillermo Lasso, avivará el debate público sobre la conducción de la nación.

Los militares, con los ojos en el pasado, recuerdan hoy los hitos de un ejército libertario. En el Templo de la Patria se coloca una ofrenda de flores. En la ceremonia militar participan el presidente Lasso y las principales autoridades del Estado. Los discursos girarán en torno a los retos de la nación.

La Alcaldía de Quito ha desarrollado su propia agenda. Museos han preparado exposiciones sobre el proceso de independencia y el rol de la sociedad civil. Además, organizaron comparsas musicales, obras de teatro y ferias gastronómicas.

La Prefectura de Pichincha tiene una agenda variada. Desde eventos culturales hasta conciertos. Miles de personas disfrutaron del show del cantante Manuel Turizo.

• El rol de las mujeres en la independencia

La artista Clara Gonzaga, a través de una obra de teatro, recordó la participación que tuvieron mujeres como Manuela Sáenz en la histórica Batalla de Pichincha. El evento se realizó en el Parque Bicentenario, en el norte de Quito.

• Estudiantes del Colegio Mejía desfilaron

Cientos de estudiantes de unidades educativas de la capital desfilaron en el sector de El Panecillo, en homenaje a la Batalla del Pichincha del 24 de Mayo de 1822. La banda del colegio Mejía, ubicado en el centro norte de Quito, fue una de las que se presentó en el desfile programado en ese sector de la capital. Los colegiales lucieron sus uniformes y los colores de la bandera de la institución en sus instrumentos musicales.

Presidente dará cuentas en su Informe a la Nación

El presidente Guillermo Lasso presenta desde las 11:30 de hoy su Informe a la Nación. Se trata de un requisito que está en la Constitución, en el artículo 147.7, y que permite a la ciudadanía conocer el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo y los objetivos que el gobierno se propone alcanzar durante el año siguiente. El Mandatario debe exponer con cifras cuáles han sido los logros en el primer año, en los sectores sociales, económicos, de seguridad y de la política. Ya en los últimos días ha dado a conocer las cifras de su balance. Por ejemplo, en la lucha contra la desnutrición crónica infantil, que es parte de la agenda de Gobierno, “las entidades han atendido a 500.000 mujeres embarazadas y niños han recibido atención integral”, ha indicado. Otra cifra que ha dado es la de 86.000 nuevas familias que son beneficiarias de programas sociales. En su presentación, al mismo tiempo, mirará hacia el futuro y trazará la línea de las metas. Las principales: dinamizar la economía y generar más fuentes de empleo; reducir la inseguridad y los asesinatos. El Informe a la Nación, más allá de los datos y las cifras técnicas, también tiene una carga política porque es el momento para levantar la imagen o mejorar los niveles de aceptación con la ciudadanía. Lasso ha perdido apoyo, sobre todo después del primer trimestre de su administración, tras cumplir su promesa de vacunar a la población con el tratamiento para la COVID-19. El contexto en el que se presenta Lasso en la Asamblea es el de un mayor rechazo a su gobierno. La presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori, también enfrenta un escenario complejo. Tiene en su contra a varios legisladores de su propio movimiento político que buscan su cabeza y aspiran a sucederla.

Varios asambleístas de Pachakutik han indicado que no asistirán al informe en la Asamblea y, a pocos metros de allí, en la Casa de la Cultura, harán uno alterno “desde la realidad de los pueblos”. “No asistiremos a un informe a la nación contado desde la burbuja que vive el Presidente, no avalaremos que junto a Llori hayan convertido a la Asamblea en su patio trasero y mientras el país se cae a pedazos”, escribió ayer Darwin Pereira, legislador por Pachakutik.