
Con una Biblia se aboga por una lengua nativa
Al ingresar a la iglesia evangélica Parucía, se percibe la incapacidad visual del presidente de la organización, Tirzo Lucín Murillo, quien se encuentra dando las palabras de bienvenida a los asistentes. Su imposibilidad de ver no merma la voluntad y c
Al ingresar a la iglesia evangélica Parucía, se percibe la incapacidad visual del presidente de la organización, Tirzo Lucín Murillo, quien se encuentra dando las palabras de bienvenida a los asistentes. Su imposibilidad de ver no merma la voluntad y capacidad para sacar adelante sus proyectos e ideas.
Uno de estos, la enseñanza del kichwa. Algo que se orienta al aprendizaje bíblico y a la prédica del Evangelio.
La palabra de Dios plasmada en la Biblia está traducida al kichwa hace 70 años. Al Creador se lo denomina ‘Dios Pashimita’ o ‘Dios Pashimi’.
Las iglesias indígenas de todo el país tienen este texto. “Hace años, cuando predicaba en español, los indígenas me miraban con extrañeza y cierta indiferencia. Ahora que lo hago en su lengua prestan atención inmediata. Les digo palabras como, ‘ñuca amigo shamun caiman Dios pashimita, ullangui’ (ven amigo que estoy expresando la palabra de Dios), ‘juchata’ (pecado), ‘canba jushata Dios perdonangami’ (Dios te perdonará), ‘ni shua cuna’ (ningún ladrón), ‘ni yuya cuna’ (ningún mentiroso), ‘jahua pachapi mana yacungachu’ (entrarán al reino de los cielos)”.
El curso taller ‘Conociendo nuestra lengua Kichwa’, dirigido por profesores evangélicos, otorga el vocabulario apropiado; se enseñan textos bíblicos traducidos al milenario idioma.
William Salazar, Tirzo Lucín y Marianita Oña, son los docentes encargados de la enseñanza.
Aprendieron el kichwa mediante años de convivencia con comunidades de la Sierra (provincia de Chimborazo), asentadas en barrios populares de Guayaquil. Específicamente, en Bastión Popular, donde existe un sector que parece haberse trasladado desde la cordillera al populoso barrio porteño.
Está íntegramente conformado por indígenas. Un barrio donde dominan las costumbres y las voces kichwa.
El curso enseñará vocabulario, los colores, el nombre de los animales, los textos bíblicos, las alabanzas y hasta poemas. La inscripción es gratuita.
“Estoy aquí porque me interesa aprender el kichwa, el poder relacionarme con quienes manejan la venta de los productos que consumimos a diario y que constituyen buena parte del presupuesto familiar. Aparte de que son nuestros ancestros, son quienes habitaron estas tierras miles de años antes que los conquistadores que trajeron el idioma español”, dijo Ricardo Jaramillo, estudiante del curso.
El proyecto que manejan de difusión del kichwa durará todo el año. Abarcará desde la enseñanza de conocimientos básicos en las 40 horas académicas y se avanzará hasta niveles altos de conocimiento. (F)