
Los balseros de Playas exhiben arte ancestral
Cansados pero felices lucen los pescadores, artesanos y artistas de Playas, quienes en los últimos días se dedicaron a construir y pintar 14 balsas, más 75 balsillas, que serán exhibidas entre sábado y domingo en la zona del rompeolas, durante el festival balsero de este año.
Las balsas se exhibirán en la zona del Humboldt, allí los pescadores armarán dos embarcaciones y se pintarán sus velas.
Para estas labores se organizaron en dos frentes de trabajo. Por un lado, en el área de playa, Miguel Zapata, Humberto Mite, Carlos Jordán entre otros pescadores, dan forma a los troncos.
En medio de la faena, recordaron los tiempos en los que, entre el mal tiempo y la furia del mar, luchaban por obtener una buena pesca y llevar el sustento a su hogar, evitando los encuentros con mantarrayas, tintoreras y tiburones, que les querían arrebatar la sardina, el robalo, la corvina, el chuhueco y hasta la vida.
Faenas que se cumplían a bordo de aquellos artefactos -las balsas- que el 16 de julio del 2015 fue declarado patrimonio nacional intangible por el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
Justamente en reconstruir esas escenas que están dedicadas por un grupo de artistas nativos de Playas. El lienzo que utilizan para estas labores son las velas de las embarcaciones.
Una labor que realizan en los patios del Centro Intercultural Cacique Tumba, ubicado en el barrio Ecuador.
Álex Yagual, por ejemplo, ha pintado una mantarraya, Víctor Hugo Escalante, sardinas y chuhuecos. Eduardo Chalén, un pescador tirando su red al mar.
Al grupo de los balseros solo los dirige su experiencia de más de medio siglo construyendo embarcaciones cada dos años, cuando se terminaba su vida útil. Lo aprendieron de sus padres y abuelos.
A construir y a navegar en las frías noches en altamar o bajo el calcinante Sol, mirando la Luna, escuchando las olas y olfateando el aire, que les traía el mensaje de tormenta o de aguas en calma.
Ese tiempo quedó atrás. Hace cinco años dejaron de pescar. Ya llegan a los 80 años y no tienen herederos, dice Carlos Jordán, de 76 años, quien elaboró 75 balsillas que entregará a las autoridades que asistan a este evento.
Por lo pronto, las balsas ahora serán solo un atractivo turístico.
“Nos llena de alegría saber que somos parte de la historia de Playas”, dice Humberto Mite, pero también de nostalgia el saber que las balsas ya no traerán la pesca fresca envuelta en atarrayas que llenaba de aroma las cocinas con el consomé de chuhueco, la sardina asada y el sancocho de pescado. (F)