“Nos vemos en la otra vida”, es la frase que aparece en el último video compartido por Maite Moreira Caicedo en su cuenta de TikTok, como si algo le hubiera anunciado que se iría para siempre de este mundo.

La joven de 18 años desapareció en misteriosas circunstancias el pasado 3 de enero, en el cantón Babahoyo, provincia de Los Ríos. La tarde del viernes 5 de enero apareció decapitada y maniatada en un saco de plástico enterrado en medio de unas plantaciones de cacao, en el recinto La Teresa de la parroquia Febres Cordero.

En la misma fosa, la policía    encontró el cuerpo de Kelly Bazán Contreras, de 19 años, quien también se encontraba desaparecida desde el 3 de enero. A la mujer le propinaron un corte profundo en el cuello y su cuerpo fue envuelto en una sábana y una funda plástica negra.

Ambas terminaron sepultadas aproximadamente a dos metros de profundidad, en una zona rural de difícil acceso y donde se realizan más búsquedas.

Miguel Moreira, abuelo de Maite, mencionó a la policía que a las 23:00 del miércoles 3 de enero vio por última vez a su nieta, cuando un hombre desconocido la recogió en su casa y se la llevó a bordo de una motocicleta. Después de eso nadie más supo de su paradero y empezaron a buscarla por todas partes. Su fotografía se difundió en redes sociales.

Fátima Contreras, madre de Kelly, también declaró a la policía que su hija salió a las 20:30 de su domicilio, sin decir a dónde. El jueves 4 de enero su fotografía también empezó a difundirse en las plataformas digitales. Ningún familiar denunció las desapariciones en la Fiscalía.

Finalmente, a eso de las 13:00 del viernes la Policía Nacional recibió la alerta del hallazgo del cuerpo desmembrado y luego del otro cadáver.

Después de la extracción, los restos fueron llevados a la morgue de Babahoyo. Una vez realizada la autopsia, se confirmó que Kelly Bazán había estado embarazada.

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