Un optimismo que no deja ver nubarrones en el horizonte. En la Asamblea Nacional predominaba el 20 de noviembre de 2023 la sensación y el discurso de que cada uno de los participantes de la mayoría legislativa está alcanzando sus metas y objetivos de forma equilibrada, gracias al acuerdo que se va plasmando sin contratiempos.

El Partido Social Cristiano (PSC) tiene la presidencia del organismo, dos espacios en el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y dirige cuatro comisiones. El correísmo ‘cedió espacios’ como la presidencia, pero se quedó con la vicepresidencia, dos puestos en el CAL y seis comisiones, como la de Justicia y la ansiada Fiscalización, en la que tiene planes concretos.

El oficialismo también se da por satisfecho al tener bajo su dirección las dos económicas: Desarrollo Económico y Régimen Económico, para procesar las leyes urgentes que, en esa materia, enviará Daniel Noboa en cuanto se posesione.

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“Muy contenta” por las votaciones alcanzadas tanto para elegir autoridades como para conformar las comisiones, se declaró Valentina Centeno, jefa de la bancada de ADN. Aunque no le gusta el término “controlar”, reconoce que el hecho de que su organización política tenga cuatro representantes de nueve en ambas instancias facilitará impulsar las propuestas que lleguen desde el Ejecutivo. De ahí el optimismo.

En la misma línea se pronunció el legislador oficialista Jonathan Parra, que preside Relaciones Internacionales y Movilidad Humana, y tendrá un papel importante al abordar temas de seguridad, otro de los retos que tendrá el mandatario.

“Desde estas comisiones vamos a pisar el acelerador para darle resultados a la gente, que ya no quiere asambleístas que se sigan quejando y solo vengan a alzar las manos. El momento es distinto a 2019 y 2021”, señaló el legislador por Guayas.

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Al exdirigente político y actual analista Enrique Menoscal le inquieta que pueda haber un exceso de confianza y hasta triunfalismo del oficialismo en torno a lo que ha conseguido al ser parte de la mayoría, lo cual tiene su mérito porque llegó con una bancada de 14 legisladores.

Eso, sin embargo, al haberse aliado a dos fuerzas políticas hegemónicas, le pone en una situación de desventaja que podría tener consecuencias si alguno de los puntos del acuerdo y lo pactado se deja de cumplir desde el Ejecutivo.

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“Tener la presidencia de las comisiones da la ventaja de poder establecer el orden del día de las sesiones, pero no más que eso. Si la alianza se resiente, bien podrían empezar a haber bloqueos de la otra porción de las comisiones. Ningún acuerdo es a cambio de nada y si se deja de cumplir habrá rupturas”, manifestó Menoscal.

Desde el correísmo se asegura que sí habrá un apoyo a las propuestas del Ejecutivo del presidente electo Daniel Noboa, pero ya se advierte que no será ciego o sin observaciones, cuando amerite.

La legisladora del correísmo Paola Cabezas adelantó que con su bancada no hay acuerdos para privatizaciones o perjudicar a los trabajadores. “Van a venir los proyectos económicos urgentes y los vamos a apoyar, pero obviamente como legisladores tenemos la responsabilidad de revisar, porque ya nos pasó con (Guillermo) Lasso, que mandaba proyectos en los que metían de todo y contenían inconstitucionalidades”, sostuvo la asambleísta.

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