Se acercaba la hora y ninguno de sus amigos había llegado a su fiesta de cumpleaños. Remí le preguntó a su padre dónde estaban sus amigos. Ante la interrogante, los padres de la menor no pudieron contener la lágrimas y se fueron a llorar al baño. Ninguno de los invitados asistió a la fiesta de su hija autista.

En ese momento, llamaron a las 10 personas que se habían comprometido a asistir. Todas dieron respuestas negativas.

Con el panorama triste y una fiesta sin invitados, el padre de la niña decidió hacer una invitación mediante redes sociales. En su publicación, dijo: “Por favor, si alguien tiene algo de tiempo libre y tiene un hijo de la edad de mi hija, ¿estaría dispuesto a ayudarnos a hacer de su fiesta un día para recordar?”.

“No esperamos nada, ni tarjetas ni regalos, la parte está pagada y hay mucha comida, solo queremos que algunos niños vengan a ayudar a nuestra pequeña a celebrar”, agregó.

La historia, ocurrida en Gales (Reino Unido), tuvo un final feliz. El posteo fue compartido más de 1000 veces y 14 niños se presentaron con sus padres a la fiesta de Remí.