Los ‘aliados’ también piden cambios. Organizaciones sociales y políticas que apoyaron a la administración pasada, hoy proponen reformas parciales o totales a normas que se construyeron durante la década pasada.

Aunque no todos lo reconocen, al parecer, la transición de gobierno les dio ánimos para plantear modificaciones en cuatro leyes: Comunicación, Educación, Trabajo y Código Territorial (ver gráfico).

El primer paso lo dio la Red de Maestros. Una semana después de la posesión del presidente Lenín Moreno presentó en la Asamblea una propuesta para reformar la Ley de Educación Intercultural. Esta agrupación nació en 2015 y fue la antítesis de la opositora y ahora extinta Unión Nacional de Educadores (UNE). Pero su aporte en la elaboración de leyes educativas, al parecer, pasó desapercibida.

¿Por qué? Wilmer Santacruz, coordinador de la Red, dice que por la juventud de la organización recién ahora se concretó el paquete de 25 reformas, aunque asegura que participaron en la construcción del Plan Decenal de Educación.

“No hay ‘coincidencias’ ni se trata de más o menos apertura. Es el mismo proceso de un gobierno progresista al que apoyamos”, dijo a EXPRESO.

Liliana Durán fue vicepresidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que apoyó con fuerza a la llamada revolución ciudadana, y ahora es presidenta de la Comisión de los Trabajadores de la Asamblea.

Desde esta mesa legislativa, presentó la semana pasada un proyecto para construir un nuevo Código de Trabajo. “Guardemos coherencia. El anterior legislativo tenía otras prioridades. Ahora vivimos otro momento político y la prioridad es la elaboración de este nuevo Código”, dijo a este Diario al ser consultada sobre las razones del porqué ahora.

Los que sí reconocen que se animaron a proponer reformas porque sienten que hay más apertura son los integrantes del Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales Rurales del Ecuador (Conagopare). Bolívar Armijos, presidente de esta organización, recordó que en el periodo legislativo anterior, la expresidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, no escuchó sus propuestas. Pero, siente que ahora hay otro ambiente en el que puede insistir en sus requerimientos.