Alcalde de Pindal: el desatino ratifica vacíos de los partidos
El caso reafirma las fallas de las organizaciones y la normalización de la corrupción. Pachakutik dice que no puede formar a todos sus militantes
No son simples disparates. La ‘polémica’ declaración de Julio Guerrero, alcalde electo del cantón Pindal, provincia de Loja, es un nuevo episodio del alcance (y peligrosidad) que pueden tener las inacciones de los partidos políticos al momento de formar, proponer o aceptar sus cartas electorales. Según Esteban Ron, jurista y decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Internacional SEK, las fallas sistemáticas persisten.
“(Este caso) Muestra que las organizaciones políticas no están formando de manera adecuada a sus militantes y más aún a sus candidatos”, señala Ron, quien también es experto en temas electorales y recuerda que los partidos, por ley, están obligados a fomentar la preparación de sus afiliados o adherentes.
Según el artículo 331, numeral 5, del Código de la Democracia, las organizaciones políticas tienen la obligación de “sostener, como mínimo, un centro de formación política”; mientras que el artículo 339, numeral 5, estipula que los afiliados y adherentes permanentes están en la obligación de participar.
Normativa que, según Cecilia Velasque, subcoordinadora de Pachakutik, movimiento que ha albergado los casos más recientes de políticos con declaraciones polémicas, se está cumpliendo, pero que también tiene sus complicaciones logísticas por la cantidad de coidearios.
El caso de Pindal debe generar una alerta en el Sercop de que en algunos GAD se ha naturalizado tanto la coima, que ya es parte del día a día de estas administraciones.
“La organización política tiene su escuela de formación social y política, ¿pero cómo capacito a 1’800.000 militantes en administración pública? No hay chance, por más esfuerzo que nosotros hagamos”, argumenta y aclara que ellos no propusieron al alcalde electo de Pindal, pero apoyaron su candidatura.
Sin embargo, estos esfuerzos siguen siendo en vano, sostiene Xavier Flores, jurista y analista político, quien señala que la deficiente formación política dentro de las organizaciones políticas ecuatorianos “es consistente con el tipo de políticos que tenemos y que son elegidos por la voluntad popular”.
Nosotros no podemos tener el control de cada uno de los militantes de Pachakutik. Ni a cinco hijos en casa se puede controlar. Tenemos una persecución por parte de los medios.
Incluso, continúa Flores, la falta de personas con pensamientos claros y formación política hace que se naturalice la corrupción en los espacios públicos. “Esto revela que algunas personas que ocupan cargos públicos tienen muy naturalizada la corrupción. Ser capacitados ayudaría a que velen por los ciudadanos”.
