Acoso escolar

Uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad actual es el llamado “bullying” o acoso en la escuela, del que es víctima un niño por parte de sus compañeros. Este puede ser físico, verbal o sicológico, siendo una forma de violencia escolar en la que el agresor y la víctima son niños en edad preadolescente o adolescente. Sus compañeros, quienes observan los hechos, en algunos casos, son cómplices silentes de esa agresión.

Creo necesario que nos preguntemos ¿por qué un niño inocente y bueno en sus primeros años de vida se transforma en un adolescente agresivo y dañino para otros? La familia, que es su entorno inmediato, está jugando sin duda un papel importante en la formación de su personalidad, así como los valores que se le inculcan y que influyen de manera determinante en su comportamiento. Luego de ello está el rol que cumple el colegio y especialmente los maestros, en el control y manejo del aula de clase y en su responsabilidad de llevarla adelante, dentro de un marco de respeto y colaboración, tan necesarios en los espacios destinados al aprendizaje. En ese sentido, es importante observar también el papel que juegan los directivos de los centros de educación, quienes los representan.

Ante estos hechos, es imprescindible tener presente que la responsabilidad por las acciones de quienes no han cumplido dieciocho años recae sobre sus representantes, refiriéndome concretamente a la responsabilidad legal por los daños ocasionados. Igualmente, la responsabilidad por las acciones cometidas en los colegios, que puedan ocasionar perjuicios a quienes están bajo su cuidado, es de los representantes de estas instituciones.

Es decir, que si el acoso escolar es una forma de violencia física, verbal o emocional, tanto los padres de familia, como los maestros y representantes de escuelas y colegios, deberán responder legalmente por las infracciones de sus representados o de quienes están a su cuidado.

Personalmente creo que todo padre o madre cuyo hijo haya sido o sea víctima del “bullying”, debería empezar a ejercer las acciones legales pertinentes. Puede ser que así padres y maestros tomen en serio su labor.

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