El 2017, en clave local

El 2017, en clave local

Con la calculadora en una mano y el método D’Hondt en la cabeza, donde se favorece con curules al partido más votado de las legislativas seccionales, los líderes de La Unidad apuran los contactos con representantes locales. Prueba de ello es que, duran

Estrategia fijada. Mientras en el oficialismo y la oposición, PAIS y CREO presumen de ser (y así coinciden muchos) las estructuras partidistas “con mayor presencia en territorios”, la reactivación de La Unidad, que se sabe sin tiempo o identidad para ese camino, busca ventajas utilizando como atajo electoral sus liderazgos locales probados.

El trampolín de los alcaldes, prefectos, asambleístas, concejales y hasta presidentes de juntas parroquiales se ha convertido, en la mesa de estrategias de La Unidad, en un mapa indispensable para trazar la ruta hacia la Asamblea Nacional.

Y aunque en la política nacional la mayoría de movimientos locales, cuya universo asciende astronómicamente a tres cifras, quedan fuera del tablero, casi en ligas menores; su rol podría resultar protagónico en el desafío opositor de conseguir un bloque parlamentario nutrido.

Con la calculadora en una mano y el método D’Hondt en la cabeza, donde se favorece con curules al partido más votado de las legislativas seccionales, los líderes de La Unidad apuran los contactos con representantes locales. Prueba de ello es que, durante su cita de esta semana en Samborondón, el opositor alcalde de Tulcán, Julio César Robles, recibiera una llamada amabilísima de parte de los representantes del socialcristianismo, Avanza, Podemos, SUMA y Pachakutik, que dirigieron la reunión.

Robles, quien ganó protagonismo tras los roces con Carondelet por la depresión económica en la frontera, es (según fuentes del bloque político) solo uno de los muchos actores locales bajo el radar de fichajes de La Unidad, que esta semana ha sellado nueve posibles acuerdos en Bolívar, Carchi, Chimborazo, Azuay y con movimientos indígenas. Pero no acaba allí. El grupo extiende su mirada desde el Oriente (con la participación del prefecto de Pastaza, Antonio Kubes, de SUMA, en la cita del lunes) hasta Galápagos (donde han iniciado contactos con exoficialistas).

Uno de los representantes del acuerdo electoral en marcha, Ramiro González, líder de Avanza, reconoció el enfoque prioritario de los representantes locales en su camino a 2017. Lo hizo con entusiasmo: “Revisamos las fortalezas de cada uno en provincias”, dijo a EXPRESO. “Y créame que nos emocionamos porque somos muy fuertes: Quito, Guayaquil, Azuay, Loja, Tulcán, Imbabura, Pastaza...” y una lista larga de espacios de la geografía nacional. González hace referencia a los resultados (no tan) favorables de 2014, cuando su partido (entonces aliado de PAIS) y la oposición perdieron en número de alcaldías y prefecturas, pero ganaron en representatividad con prácticamente todas las principales localidades a su cargo.

Bajo ese esquema, reconoce un vocero del grupo, “no solo contamos con líderes importantes en lo local y con relevancia nacional, sino con cinco frentes de negociación. Eso es clave”. En la carrera por presentar definiciones públicas dentro de tres semanas, una fecha límite autoimpuesta, La Unidad se acerca a los movimientos locales: con el rostro del socialcristianismo, el centro, la socialdemocracia, la izquierda y el indigenismo. Una estrategia de pulpo político que ni PAIS ni CREO serían capaces de imitar.