
Bandas delictivas y violencia en Quito: piden una política de seguridad integral
Ataques armados y violentos asaltos se han tornado frecuentes. Hasta abril hubo 82 muertes violentas
Los meses de abril y mayo de 2025 han sido particularmente conflictivos para la seguridad en Quito, donde los ataques armados y violentos asaltos han generado una creciente preocupación entre la población.
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La escalada delictiva ocurre en medio de otro estado de excepción decretado en abril por el presidente Daniel Noboa, justificándolo por el “incremento de índices de violencia, cometimiento de delitos e intensidad de la perpetración de ilícitos por grupos armados organizados”.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, hasta el 30 de abril de 2025 se registraron 82 homicidios intencionales (lo que incluye homicidios, asesinatos, femicidios y sicariatos), con un promedio mensual de 20,5 casos. La cifra representa un aumento del 24 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando hubo 66 casos.
Calderón, la parroquia más poblada de Quito, ha sido escenario de actos violentos que preocupan a sus habitantes. En San Juan de Calderón, la detonación de dos bombas molotov en una tienda provocó un incendio, que logró ser controlado por el propietario. Según la Policía, el hecho estaría relacionado con la participación de vecinos que, meses atrás, capturaron a un presunto delincuente.
Un hecho reciente que alertó a los moradores fue la captura del hermano de alias Fito, el líder de Los Choneros, en el sector de San José de Morán. “Nos preocupa que grupos delictivos operen aquí”, señala un comerciante de la zona que omitió su nombre.
Este 3 de junio de 2025, en la calle Carlos Mantilla se desplegó un operativo interinstitucional con la Policía y efectivos de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Un uniformado señaló que los controles a vehículos y motos son frecuentes en el sector.
Enfrentamiento en plena vía pública
Otros sucesos que han levantado las alertas ocurrieron en el feriado por la Batalla de Pichincha. En menos de 10 horas se perpetraron dos ataques armados: uno en Cumbayá y el otro en plena avenida Occidental. Ambos eventos dejaron dos personas fallecidas, quienes tenían antecedentes penales.
En el sur de Quito, en Solanda, uno de los sectores más conflictivos del distrito Eloy Alfaro, se han registrado al menos 10 muertes violentas desde inicios de año. Seis de ellas ocurrieron en una misma calle conocida como ‘La Jota’.
“Parece una disputa de territorio. Se atacan entre ellos”, dice un comerciante que, como muchos otros, prefiere no revelar su identidad. Otros vecinos temen que cualquier persona ajena a los conflictos pueda ser víctima de una bala perdida.
Pese al incremento de los operativos policiales y militares, líderes comunitarios como Rosario López, presidenta del Comité Barrial de Solanda, piden mayor presencia de las fuerzas de seguridad. “Somos más de 200.000 habitantes y el número de uniformados no es suficiente. Vivimos en zozobra”.
Desplazamiento de bandas delictivas desde otras provincias
Leonardo Jaramillo, experto en temas de seguridad, advierte que el fenómeno responde a un desplazamiento del crimen desde ciudades más conflictivas (como Guayaquil o Esmeraldas) a la capital. El especialista agrega que el accionar delictivo se da en el marco de un nuevo estado de excepción, lo que demuestra que la medida no ha sido suficiente para contrarrestar la violencia.
En ese sentido, recalca que es necesaria una política integral. “Cuando acaban los estados de excepción, la situación vuelve a ser la misma o peor”, señala.
Daniel Pontón, docente y especialista en temas de seguridad, insiste en la necesidad de un diagnóstico profundo sobre la realidad de la criminalidad en la urbe. “Si bien hay un aumento de muertes violentas, aún no es un incremento exponencial como lo vemos sobre todo en ciudades de la Costa”, sostiene.
No obstante, señala que esos hechos violentos sí generan alertas y lo fundamental es cómo a partir de allí el Estado y la Policía ejecutan acciones y medidas de corrección, principalmente en barrios del norte y sur de la capital que son más conflictivos.
La Policía Nacional ha atribuido las muertes violentas y ataques armados en Quito a una disputa de territorio entre grupos delictivos.
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