Desafíos

"¿Acepta nuestro desafío señor presidente?"
Cual apóstoles de la necedad, algunos en el gobierno insisten en realizar una nueva subasta inversa para la compra de medicamentos para la Red Pública Integral de Salud, pretendiéndose contratar a un “operador logístico” que se encargaría de realizarla.
Pese a que la última subasta fue un fracaso, siguiendo el antropofágico ejemplo del prófugo, se insiste en despilfarrar lo poco que queda en las arcas fiscales, llenas con piltrafa, que están abiertas para que se siga pecando y esquilmando nuestros escuálidos recursos.
En el MSP que va a la deriva, pretenden resucitar un cadáver -el Cenamed-, desvinculándolo, para manejarlo a sus anchas; pero para ello necesitan fondos para atender a los del Código del Trabajo y a otros con nombramiento directo, y esa falta de fondos los tiene detenidos para esta aventura descaradamente pútrida y poder hacer de las suyas, resultando inconcebible que se pretendan obtener fondos, cuando el portafolio carece de dinero para pagar a los médicos y trabajadores olvidados del sector salud, que claman por sus haberes en este crítico momento que vive el país. ¿Conocerá el ministro de Salud estas maquinaciones que se tejen en su portafolio?
Si usted señor presidente está empeñado en organizar una verdadera compra de medicamentos, enfrentará varios desafíos: acabar con la participación del Sercop, antro de coimas, amarres y componendas, que deberá ser eliminado; contratar a nuestro equipo de compras conformado por seis personas con 20 años de experiencia, que en el último concurso generó a la Institución un ahorro de 4’714.350,57 dólares. Esto le resultará más barato que el operador logístico que se pretende conseguir para el efecto.
Hacer esto conlleva como ventaja el poder obtener un paquete de medicamentos de primera calidad a excelente precio y como desventaja, el hecho de que bajo nuestra forma de trabajo no hay lugar para coimas, amarres o comisiones, lo cual lo hace nada atractivo para la gran parte de funcionarios de su gobierno, acostumbrados a la truculencia y al lleve ¿Acepta nuestro desafío señor presidente?
Y sigo andando…