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Jhon, el terrible

Avatar del JOSÉ DE LA GASCA

Su sola presencia en el despacho es la viva muestra de que el sistema judicial está podrido y que los procesos de selección de jueces son una farsa

El juez de Yaguachi, John Rodríguez Mindiola, definitivamente es un sujeto de cuidado. Ha demostrado - con sobrados méritos- que en lo que a justicia constitucional se refiere, es un ‘mono con metralleta’. Hace y deshace a su antojo sin que le importe un comino la letra de ley o los principios universales del derecho. Vive el frenesí judicial que se ampara en la lógica de que “no existe el mañana” y, sobre todo, apañado por aquel precedente de la Corte Constitucional de que dizque los jueces constitucionales no cometían prevaricato. Rodríguez Mindiola encarna una versión degenerada del “juez Hércules”.

Saltó a la fama en tiempos preelectorales por “restablecer” los derechos políticos de Glas. Hizo tabla rasa de lo más básico de la ley y decidió -por sí y ante sí- que él podía -a cuenta de “tutelar” derechos- enervar el valor de sentencias condenatorias en firme. Eso le valió que el TCE lo sancione con destitución y una jugosa multa. Y no solo eso, Fiscalía pidió en su contra formulación de cargos por delito de prevaricato. Es decir, por todos lados su regalona sentencia fue repudiada. No digan que es invento mío.

Pero nada es imposible para John ‘el terrible’. Bajo el principio de “quien puede lo más, puede lo menos”, se lanzó en otra de esas aventuras milagrosas de juzgado de pueblo chico. Esta vez, a cuenta de tutelar un “interés público” planteado -supuestamente- por una fulana residente de Yaguachi, disparó un bombazo: dejó sin efecto un proceso contractual en Petroecuador, tumbando de un plumazo la adjudicación de un contrato de seguros. El torpedo del juez Rodríguez era casi la ‘xeroscopia’ del chanchullo captado en videos con el que se pretendió -a base de coimas- bajarse’ el contrato desde adentro de Petroecuador. Yo no creo en esas infelices coincidencias.

El juez Rodríguez sigue ahí en Yaguachi ‘administrando justicia’ dizque en nombre del pueblo (nosotros) y por autoridad de la ley. Su sola presencia en el despacho es la viva muestra de que el sistema judicial está podrido y que los procesos de selección de jueces son una farsa.

 ¿Así el ‘Consejito’ de la Judicatura pretende escoger nuevos jueces de la Corte Nacional de Justicia?