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Perú: problema y posibilidad

Avatar del Joaquín Hernández

El Perú, otra vez posibilidad y no solo problema; cátedra de dignidad.

El Perú tocó fondo la semana pasada. Los jefes de ocho bancadas de un congreso desprestigiado decidieron, en una reunión apresurada y en secreto, proceder a reunir los votos requeridos para declarar la vacancia del presidente Martín Vizcarra por “incapacidad moral permanente”, una jugada arriesgada para salvar su supervivencia ante las investigaciones fiscales que se les venían encima.

“Si no vacamos a Martín Vizcarra, nos jodemos todos”, habría sido la consigna de José Luna Morales, de “Podemos”, según relataron testigos a La República” de Lima.

Ahí se inició “la repartija”: reparto de ministerios, cargos de jefes en organismos públicos, desmantelamiento de la reforma política. El “Perú problema” de Jorge Basadre.

Y sin embargo, ese congreso que trató de imponer su voluntad a fuerza de miedo y de repartos, se metió con la “generación equivocada”, la de los jóvenes del Bicentenario, a los que dedicó Francisco Sagasti su discurso de toma posesión presidencial.

No eran “senderistas” ni “terrucos”, como los adjetivaron malamente los ministros del fugaz gobierno de Merino; como no eran los editoriales de El Comercio y de La República, de Lima, los reportajes de la revista Caretas o Mario Vargas Llosa cuando tachó de golpe de Estado lo sucedido en el Congreso peruano al aprobar la vacancia del presidente.

“Los jóvenes les han mostrado a los congresistas que tienen un límite”, como resumió el exrector de la Pontificia Universidad Católica del Perú y expresidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Salomón Lerner Febres.

Cátedra de la Generación del Bicentenario: “la garganta está seca, pero las ideas están en la calle”, recogió Cristina Quiñónez en Gestión. Ideas, no vandalismo.

Lima y las demás ciudades del Perú no mostraron imágenes de tranvías incendiados, iglesias quemadas, o tiendas saqueadas como en Santiago o la destrucción sistemática, ladrillo por ladrillo, como el centro histórico de Quito. Tampoco estatuas o monumentos destruidos o por destruir.

El Perú, otra vez posibilidad y no solo problema; cátedra de dignidad.